En el documento, el narrador describe una pesadilla en la que despierta en un lugar lúgubre y deteriorado sin saber quién es. Al mirarse en un espejo roto, ve el rostro de un anciano desconocido con muchas arrugas y sucio. Confundido y asustado, cae al suelo preguntándose quién es y dónde está. Finalmente despierta y ve su propio reflejo como un niño de 11 años, dándose cuenta que solo había sido una terrible pesadilla.