Los creadores del formato MP3 patentaron su invento poco después de crearlo para tener derechos exclusivos sobre su uso y licenciamiento. Si bien no todos tienen que pagar por una licencia de MP3, los decodificadores de software comercial sí requieren una licencia. Se recomienda patentar un invento tan pronto como sea creado y se anticipe su uso social, antes de que competidores puedan desarrollar fácilmente alternativas similares.