1. UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE SAN LUIS POTOSÍ
C. S. Lewis: Mas allá de la
fantasía
Ensayo argumentativo
Luis Alberto Sánchez Rodríguez
14/11/2014
Curso del Núcleo General I: Desarrollo del
pensamiento crítico.
Profa. Guadalupe Palmer de los Santos
2. 1
Luis Alberto Sánchez Rodríguez
ISTI
A14-375
23/10/2014
C. S Lewis: Mas allá de la fantasía.
Apertura:
Lewis, un famoso apologista cristiano, ensayista, crítico, locutor de radio y entre
otras muchas virtudes que tenía, es aclamado por muchas de sus obras y
ensayos, entre las que destacan la heptalogía de Las Crónicas de Narnia.
Como muchos otros autores, C. S. Lewis fue blanco de polémicas, ya que mucho
se ha debatido acerca de que si la trama de dicha serie tiene un mensaje bíblico, o
si todo lo que se ha tejido en torno a su simbología es una mera casualidad. Esto
trae a la luz, las constantes figuras acerca de la vida de Cristo, que son tan
notorias, como es el caso de El León, la bruja y el armario (1950), por lo cual se
desata la polémica aceptando el verdadero mensaje de las obras de Lewis, o así
mismo rechazando este hecho como simple casualidad. Pero, ¿Tenían que ver
todas estas figuras retoricas que Lewis plasma en sus obras con su fe?
Clive Staples Lewis nacido en Belfast, Irlanda, el 29 de noviembre de 1898.
Completo sus estudios en la universidad de Oxford, del que se volvería tutor y
miembro del consejo de Gobierno de Oxford. En 1931 Lewis se convierte en
cristiano, fe que había abandonado cuando era un adolescente a los quince años
debido a la muerte de su madre, lo cual marcó su literatura, (Núñez, 2013). Lewis
describió su propia conversión al cristianismo en Sorprendido por la alegría (1955),
revelando que en realidad él estaba "muy molesto con Dios por no existir".
Influenciado por argumentos de sus colegas en Oxford, principalmente por su
amigo J. R. R. Tolkien; lentamente fue redescubriendo el cristianismo.
Analizaremos aspectos acerca de la vida de este icónico hombre y su conversión
al cristianismo. Y en particular, el mensaje de sus escritos, plasmando constantes
figuras bíblicas en Las Crónicas de Narnia.
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Desarrollo:
Sin duda, “Lewis fue gran parte de su vida un apologista, es decir un defensor
manifiesto de su fe cristiana y esto se manifestó en innumerables escritos y
conferencias” (Pontón, 2010 pag.7).
En lo concerniente a él, entre 1914 y 1917 fue influenciado por los escritos de
William Morris y George MacDonald, destacando a éste último autor; debido a que
Lewis evidenció su devoción por la literatura del pasado, especialmente la
referente a los mitos y a la fantasía y su interés por otros mundos, (Gutiérrez,
2011). Ingresó a la Universidad de Oxford donde estudió filosofía, literatura clásica
y medieval; posteriormente impartió la cátedra de literatura medieval con la que
atrajo grandes concurrencias y con Alegoría del Amor (1936), alcanzó la fama.
Lewis se inspiró en Shelley, Scott y Morris y escribió ciencia ficción y cuentos de
hadas; en Regreso del Peregrino (1933) alegorizando su conversión al
cristianismo.
Lewis tuvo distintos tipos de lectores: una gran cantidad por sus apologías y por
sus clásicos para niños, fue así como grupos reducidos se interesaron por sus
trabajos críticos. La carrera literaria de Lewis estuvo marcada por el estudio de los
géneros hasta la controversia literaria y religiosa. La mayoría de las obras de
Lewis eran revisadas previamente por sus amigos, que en su mayoría también
eran autores, entre ellos J. R. R. Tolkien. (Pontón, 2010)
A finales de la década de los años veinte, Lewis y Tolkien se conocieron y
entablaron una amistad. Se autonombraban los “Inklings”, y aunque esta amistad
fue profunda, tal como describe Pontón, “sufrió algunos apagones en algunos
momentos de sus vidas. De hecho, y tal como lo narra Jack (Lewis) en su libro
Cautivado por la alegría, fue Tolkien el mayor responsable de su conversión al
cristianismo desde su ateísmo o quizás agnosticismo” (Pontón, 2010, pág. 7). Por
lo cual, Lewis tomó en cuenta dos frases de su abuelo que decían: ‘nunca te
debes fiar de un papista’ y la otra; ‘que nunca te debes fiar de un filólogo’, las
cuales describían perfectamente a Tolkien. De ahí la razón, por la cual no siguió el
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catolicismo de aquél amigo suyo, sino que abrazó su fe cristiana causando un
constante enfriamiento en su amistad.
En otros aspectos, diversos autores resaltan la poética en los trabajos de Lewis;
combinando un conocimiento brillante y profundo con un sentido religioso y
transcendental. Por tanto, se ha señalado que en la trayectoria de sus obras
expresa un “romanticismo cristiano” (Bellah, 1995, pág. 1), fundamentalmente en
lo que se conoce como literatura fantástica, siempre dándole un giro hacia el
cristianismo, pero de manera diferente a lo tradicional. Debido a su obra literaria,
es llamado por Jeremy Halcrow como el "apóstol de la imaginación" (Halcrow,
1998).
Así pues, de 1942 a 1955 se convirtió en el presidente del Club Socrático, donde
se concentraban famosos filósofos a discutir distintos aspectos de la filosofía y de
la teología. En lo que concierne a lo anterior mencionado, Lewis tuvo uno de los
debates más famosos que sostuvo con la filósofa católica G.E. M. Anscombe, una
de las principales discípulas de Wittgenstein, en 1948. Según algunos biógrafos, el
siempre invencible Lewis habría salido derrotado por la joven de sólo 28 años, lo
que motivó que a partir de allí Lewis ya no tuviese ambiciones de filósofo y se
dedicó a expresar sus ideas teístas a través de narraciones cargadas de
personajes mitológicos, especialmente en libros infantiles, (Pontón, 2010).
Por lo cual, en Las Crónicas de Narnia la experiencia de lo divino se deja traslucir
con fuerza en las imágenes que ofrece. Debido a que, muestra imágenes
naturales elevadas a un grado de significación sobrenatural; quizá la más
importante de ellas sea la imagen del León (Salinas, 1999). Dado a que Lewis se
detiene en las características del león; como un animal poderoso, de una extraña
belleza y majestad para relatar sus cuentos. Me parece que dicha imagen da
muchos motivos para temerle a este león, sin embargo su presencia no inspira
pánico; debido a que es el más grande de los leones y está dotado de amor y
busca entrar en relación con los personajes.
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En resumidas cuentas, no es casual el uso de esta imagen, de hecho, en muchas
culturas el león ha sido divinizado en razón de sus condiciones naturales que
presenta; o para representar personajes poderosos, vale el ejemplo de la Biblia
para referirse al salvador escatológico, el “León de la tribu de Judá” reflejado en el
“León Aslan Rey de Narnia”.
Con respecto a este mundo mágico, que no sólo presenta una lucha entre el bien
y el mal, en el cual el león Aslan, principalmente en el segundo libro El león, la
bruja y el armario, es una representación clara de la figura de Jesucristo que no
sólo ofrece su vida en lugar de uno de los protagonistas, sino que también
‘resucita’. Ya que en el momento de su muerte se destruye el lugar del sacrificio, lo
que nos recuerda lo que narra el Evangelio de Mateo sobre el terremoto y la
destrucción de tumbas.
Además el constante ‘Yo soy’, que Aslan el León pronuncia en repetidas
ocasiones, toma referencia a Dios, el cual se manifestaba en diversos pasajes
bíblicos como ‘El gran Yo soy’.
Por esta razón, Tolkien nunca estuvo convencido de lo que escribió su amigo en
Narnia y no estuvo de acuerdo por la clara manifestación del cristianismo. Y esto,
no porque él no estuviese de acuerdo con dicho credo, sino porque no quería que
hubiese un transposición de los teológico en la literatura (Pontón, 2010, pág. 10).
Así como Tolkien, diversos autores han levantado polémica en cuanto al quinto
libro de las serie, Las Crónicas de Narnia titulado El Caballo y el Muchacho
(1954), es objeto de ataque por tener una analogía cristiana: que apunta a nuestro
deseo de dejar esta vida peregrina en la tierra, donde nos sentimos fuera de lugar,
y encontrar nuestro verdadero hogar en el cielo. Dicho libro, hace suponer a
muchos que Lewis plasma a los Calormenes, una tribu de salvajes, como un
retrato de intolerantes Musulmanes, a pesar del sabor árabe y otros detalles que
logran una sátira precisa. De esta forma El Caballo y el Muchacho divide
claramente todos los bienes y males del ser humano y la civilización y los asigna a
respectivas culturas. Narnia es toda bondad; Calormen es toda maldad (Wilson,
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2014). Es por esto que pienso que el mensaje de Narnia es una breve traducción
de la biblia, es como explicar o justificar que un Dios infinito y bueno haya
permitido la existencia del mal en este mundo. Por esto, desde la antigüedad
cristiana se han dado diversas respuestas a dicho problema, “el mal no existe
pues es una simple ausencia de bien” y entre otras respuestas. Yo me atrevo a
decir que: “si no existiera el mal, no conoceríamos el bien”, y esto es algo que
Lewis sabia al escribir sus libros, dando a conocer los aspectos de la vida real
plasmados en la fantasía.
Cierre:
Por tanto, no se pueden leer los libros de C. S. Lewis y quedar indiferentes al
mensaje que transmiten, especialmente porque fueron escritos muchos de ellos en
momentos especialmente difíciles de la historia. Así pues, Lewis plasmo sus
experiencias en la vida y convicción de Dios en Las Crónicas de Narnia y otros
relatos.
En definitiva, la fuerza de sus escritos no consiste en duplicar el relato bíblico sino
en construir un mundo de significaciones. Un lenguaje capaz de contener y
comunicar un cierto tipo de experiencia de la divinidad. Quizá por esa razón, la
experiencia de los personajes resuena en el lector, desde la presencia o ausencia
de tales experiencias.
Referencias
Bellah, M. D. (1995). A Celebration of Joy: Christian Romanticism in The Chronicles. Texas.
Gutiérrez, B. L. (2011). Palabra creadora y visión poética del mundo. Los comienzos de la fantasía
épica en C. S. Lewis. Ocnos, 29-42.
Halcrow, J. (1998). Apostle of the Imagination. Southern Cross Quarterly.
Lewis, C. S. (1936). The allegory of love. Londres: Oxford Press.
Lewis, C. S. (1950). El león, la bruja y el armario. España: Destino.
Lewis, C. S. (1954). El caballo y el muchacho. España: Destino.
Lewis, C. S. (1955). Surprised by Joy: The Shape of My Early Life. Londres: Geoffrey Bles.
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Núñez, M. (2013, Julio 3). Suite101. Retrieved Octubre 29, 2014, from
http://suite101.net/article/c-s-lewis-el-apostol-de-la-imaginacion-a46082#.VFEwdPmG91Z
Pontón, R. T. (2010). La trascendencia religiosa en los escritos de C. S. Lewis, y un comentario
sobre un escrito de Jorge Luis. Invenio, 7-14.
Salinas, A. (1999). La imagen narrativa de Dios en C. S. Lewis, una lectura de “Las crónicas de
Narnia”. Boletín de Filosofía, 261-278.
Wilson, S. H. (2014, Julio). Salvaging C. S. Lewis's The Horse and His Boy for Mission and Cultural
Awareness. International Bulletin of Missionary Research, pp. 126-129.