La península Greenwich en Londres, que anteriormente albergaba una contaminada fábrica de gas, fue seleccionada en 1996 como sede de la Experiencia del Milenio, una celebración clave del nuevo milenio en Gran Bretaña. En ese mismo año, la tierra fue adquirida y se designó a Richard Rogers para dirigir un equipo multidisciplinario encargado de desarrollar un plan maestro para la península y hacer que la exposición temporal prevista para 2000 fuera el punto de partida de un proceso continuo de regeneración