1. BRECHAS DE
GENERO
Grupo B #3
EN LA SEGURIDAD SOCIAL
SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA
DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
FECHA DE ENTREGA: L u n e s 28 de agosto de 2023
Euan Gomez Fernanda
Gonzalez Duran Aldar Giovanni
Kú López Libni; Químico Farmacéutico Biólogo
Mendez Rivero Lourdes Carolina
2. ¿Qué es la brecha de genero
en la seguridad social?
La brecha de género en la seguridad social se refiere a las desigualdades y diferencias sistemáticas que
existen entre hombres y mujeres en términos de acceso, condiciones de riesgo y vulnerabilidad en la
obtención de servicios sociales. Estas disparidades se originan en factores sociales y normativos de
género, así como en la distribución desigual del poder en la sociedad y en las familias. Además, influyen
en la salud y el bienestar de las mujeres a lo largo de su ciclo de vida, afectando su acceso a servicios
médicos, su calidad de vida en la vejez y su capacidad de autonomía. La brecha de género en la seguridad
social abarca diversos aspectos, como la atención médica, las oportunidades laborales, las condiciones
socioeconómicas y los roles tradicionales de género que pueden exacerbar la vulnerabilidad de las
mujeres en comparación con los hombres.
3. Indices internacionales para evaluar
El Índice Global de Brecha de Género compara anualmente el estado
actual y la evolución de la paridad de género en cuatro dimensiones
clave (participación y oportunidades económicas, logros educativos,
salud y supervivencia, y empoderamiento político).
Es el índice más antiguo que sigue el progreso de los esfuerzos de numerosos
países para cerrar estas brechas a lo largo del tiempo desde su creación en 2006.
4. Las brechas de género en la seguridad social entran en la categoría de "Salud
y supervivencia", siendo esta la que muestra más paridad en todo el mundo
Tabla 1. El estado de las brechas de género, por subíndice. Porcentaje de brecha de género, Junio 2023
Índice global de brecha
de género
Subíndice de participación y
oportunidades económicas
Subíndice de logro
educativo
Subíndice de salud y
supervivencia
Subíndice de
empoderamiento político
Fuente: Foro Económico Mundial, Índice
Global de Brecha de Género, 2023
Nota: Promedios ponderados por población, 146 países
5. Perfil económico
México
Puntaje
(imparidad= 0, paridad= 1)
0.765
Rango
(de 146 países)
33avo
Edición de
índice
2023
México ocupa en lugar número 49 en el subíndice de salud y supervivencia, teniendo una
puntuación de 0.975, subiendo 5 puestos a comparación del año 2022 (lugar 54)
6. Ejemplos de indicadores contextuales que se tomaron en cuenta:
Salud
Indicador Unidad Valor
Prevalencia de violencia de género en la vida (% mujeres)
Partos atendidos por personal calificado (% nacidos vivos)
Mortalidad materna (muertes por cada 100.000 nacidos vivos)
Tasa total de fecundidad (nacimientos por mujer)
Indicador 0-1 (Igualdad de derechos)
Autonomía reproductiva Derechos desiguales
Valor
7. Posibles alternativas de
solución
EQUIDAD EN LA
CONTRIBUCIÓN
SALARIAL
1 2 3
PLATICAS SOBRE
EL TEMA
ABORDAR EL
ACOSO LABORAL
Implementar políticas que
promuevan la igualdad salarial
entre géneros para asegurar que
las mujeres reciban salarios justos
y contribuyan de manera
equitativa a los sistemas de
seguridad social.
Ofrecer programas de educación
financiera dirigidos
específicamente a mujeres, para
aumentar su conocimiento sobre
los sistemas de seguridad social,
cuales son sus beneficios y
opciones, también para que
conozcan las leyes que existen
sobre este tema como "la ley del
seguro social"
Ayudar a las mujeres para que
puedan tener un acceso a los
beneficios de seguridad social sin
temor a represalias por denunciar
situaciones de discriminación o
acoso.
8. Ejemplos
Licencia parental equitativa en Suecia
En Suecia se ha implementado un licencia parental
compartida.Los padres tienen un período específico
de licencia que deben usar para que no se pierda,
promoviendo la participación activa de los padres y
ayudando a que no solo las madres se hagan
responsables del cuidado de sus hijos, de tal , manera
que promueve la equidad y ayuda reducir la brecha de
seguridad social al permitir que las mujeres no solo
tengan las responsabilidad del cuidado, si no que
pueda estar igual en el mercado laboral
Programas de educación financiera en
india
India ha implementado diversos programas de
educación financiera que son dirigidos para las mujeres
ya sean de áreas urbanas o rurales, Dichos programas
brindan conocimiento sobre diversos temas, tales como
el ahorro, inversión y manejo de finanzas personales,
incluidos los sistemas de seguridad social. Estos pláticas
ayudan a las mujeres a empoderarse con la información
financiera que les brindan, pues se les capacita para
tomar decisiones informadas sobre su seguridad
económica y social, cerrando la brecha de género en el
acceso a los beneficios de seguridad social.
9. Historia de vida
Cuando mi esposo y yo descubrimos que estábamos embarazados tuve un ataque de risa imparable. De esos que, por más que
intentas detenerte, simplemente no puedes contener. A más de dos años de aquel episodio, hoy puedo asegurar que fueron risas
nerviosas. No podía imaginarme embarazada y mucho menos ejerciendo la maternidad sin mi familia, mis amigos y en un país que
no era el mío. Porque me tocó vivir la maternidad siendo migrante y estudiante en México. Me preguntaba constantemente cómo la
maternidad cambiaría mi vida; cuáles eran mis derechos como embarazada y luego como madre; cuáles serían los costos que
suponía traer un hijo o hija al mundo, y sobre el enorme desafío de conciliar mi vida profesional con la crianza. Jamás podría haber
dimensionado todo lo que sucedió después. El primer obstáculo que descubrí fue que, como estudiante, no tenía asegurado el
derecho a una licencia remunerada de maternidad. Cuando me dirigí a la Oficina de Becas de mi universidad para informarme acerca
de las condiciones de la licencia, me comunicaron que como becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no
tenía derecho a una licencia por maternidad remunerada durante el periodo de vigencia de mi beca. Me informaron, además, que si
quería tomar una licencia cuando naciera mi hijo o hija, debía solicitar una baja voluntaria del programa, lo que implicaba la
suspensión del pago de la beca por todo un semestre académico. De pronto me vi envuelta en un complejo dilema: escoger entre
tener un hijo o hija sin contar con ingresos económicos, o mantener esos ingresos, pero sin suspender mi asistencia a la
universidad; es decir, dar a luz y al día siguiente seguir con mis actividades académicas con extraña normalidad.
Desafortunadamente, ésta es la situación a la que se enfrentan todas las becarias del Conacyt en México en la actualidad. Para esa
altura, la inseguridad y la incertidumbre eran parte de mis días y noches. La más dura de todas: ser víctima de violencia obstétrica.
Darme cuenta y aceptar que fui víctima de violencia obstétrica me llevó unos meses. Emocionalmente es una herida aún abierta. Y
es que la violencia obstétrica es violencia de género. Me duele haber sido víctima cuando me creía empoderada. Me duele haber
caído en este tipo de violencia cuando llevaba meses preparándome para evitarla. Pero es que la violencia es así: te golpea cuando
menos lo esperas y te paraliza. Me sentí vulnerable, me sentí pequeña en un mundo de hombres que tomaron decisiones sobre mi
cuerpo y sobre la vida de mi bebé.
10. Historia de vida
Lo peor es que lo hicieron sin una razón médica justificada. Lo hicieron quizá porque era conveniente para el médico y su equipo
desocuparse pronto. De manera recurrente me pregunto si ellos y ellas son conscientes del daño que nos hacen a las mujeres y a nuestros
hijos cuando toman esas decisiones, muchas veces irresponsables y egoístas. Pero claro, se trata de una violencia tan naturalizada que
cuando nos animamos a cuestionarla, a quienes penalizan es a nosotras, las madres. Las respuestas típicas van desde “lo importante es que
tu bebé y tú estén bien” o “el médico sabe lo que hace”, hasta “eres irresponsable por pretender tener un parto natural”. Me pregunto, ¿en
qué momento la cesárea se convirtió en la norma y no en la excepción? Al llegar a casa luego de sufrir una cesárea innecesaria y con el dolor
más espantoso que he sentido alguna vez en el cuerpo, 16 me senté en mi cama y rompí en llanto. No entendía por qué me sentía tan
vulnerable, triste y angustiada, pero en particular no entendía por qué una profunda soledad y una sensación de ambivalencia invadía todo mi
ser. Hay cosas que no puedo recordar porque mi posparto fue tan caótico que al parecer mi mente ha borrado muchos de esos días grises.
Me sentía en duelo. Un duelo por quien había sido alguna vez. Un duelo que no podía atravesar porque la montaña de tareas que implica la
maternidad no me dejaba. A la vez me sentía obligada a comportarme como la mujer más feliz del mundo por tener una bebé en brazos. Mi
maternidad no es la misma experimentada por otras madres, pero también merece ser visibilizada. Tampoco es excepcional ni mucho menos.
Sólo basta con darle un círculo de confianza a esas madres exhaustas, agotadas física y emocionalmente, para que confiesen que su
maternidad no resultó ser la que intentan imponernos. Las madres callamos y a veces callamos demasiado. Por eso escribo estas líneas. Por
eso decidí que la experiencia de mi maternidad sería reivindicativa y no sólo una anécdota más. El segundo obstáculo —igual de dramático
que el primero— fue tener acceso a un servicio de salud materna oportuno y de calidad. Como estudiante tenía cobertura médica; sin
embargo, lo que viví al solicitar atención médica prenatal fue difícil de creer. Recuerdo que tenía 12 semanas —tres meses— de embarazo
cuando me dirigí a solicitar mi primer control médico prenatal. Fue en agosto de 2018. La persona que me atendió me dijo: “tengo cita para la
última semana de noviembre”. Técnicamente, eso significaba que mi primer control prenatal sería casi en el comienzo del octavo mes de mi
embarazo. De nuevo, mi reacción fue reírme. Mi respuesta —sarcástica— fue “es posible que venga con el bebé en brazos para esa fecha”.
Desconcertada, me contestó: “qué bueno que te lo tomes así, con gracia, porque es verdad lo que te estoy diciendo. No tengo ninguna cita
antes y, además, no puedo permitir que te vayas sin agendar tus controles prenatales”. La incredulidad, la tristeza, pero sobre todo la
11. Historia de vida
La más dura de todas: ser víctima de violencia obstétrica. Darme cuenta y aceptar que fui víctima de violencia obstétrica me llevó
unos meses. Emocionalmente es una herida aún abierta. Y es que la violencia obstétrica es violencia de género. Me duele haber sido
víctima cuando me creía empoderada. Me duele haber caído en este tipo de violencia cuando llevaba meses preparándome para
evitarla. Pero es que la violencia es así: te golpea cuando menos lo esperas y te paraliza. Me sentí vulnerable, me sentí pequeña en
un mundo de hombres que tomaron decisiones sobre mi cuerpo y sobre la vida de mi bebé. Lo peor es que lo hicieron sin una razón
médica justificada. Lo hicieron quizá porque era conveniente para el médico y su equipo desocuparse pronto. De manera recurrente
me pregunto si ellos y ellas son conscientes del daño que nos hacen a las mujeres y a nuestros hijos cuando toman esas decisiones,
muchas veces irresponsables y egoístas. Pero claro, se trata de una violencia tan naturalizada que cuando nos animamos a
cuestionarla, a quienes penalizan es a nosotras, las madres. Las respuestas típicas van desde “lo importante es que tu bebé y tú
estén bien” o “el médico sabe lo que hace”, hasta “eres irresponsable por pretender tener un parto natural”. Me pregunto, ¿en qué
momento la cesárea se convirtió en la norma y no en la excepción? Al llegar a casa luego de sufrir una cesárea innecesaria y con el
dolor más espantoso que he sentido alguna vez en el cuerpo, 16 me senté en mi cama y rompí en llanto. No entendía por qué me
sentía tan vulnerable, triste y angustiada, pero en particular no entendía por qué una profunda soledad y una sensación de
ambivalencia invadía todo mi ser. Hay cosas que no puedo recordar porque mi posparto fue tan caótico que al parecer mi mente ha
borrado muchos de esos días grises. Me sentía en duelo. Un duelo por quien había sido alguna vez. Un duelo que no podía atravesar
porque la montaña de tareas que implica la maternidad no me dejaba. A la vez me sentía obligada a comportarme como la mujer más
feliz del mundo por tener una bebé en brazos. Mi maternidad no es la misma experimentada por otras madres, pero también merece
ser visibilizada. Tampoco es excepcional ni mucho menos. Sólo basta con darle un círculo de confianza a esas madres exhaustas,
agotadas física y emocionalmente, para que confiesen que su maternidad no resultó ser la que intentan imponernos. Las madres
callamos y a veces callamos demasiado. Por eso escribo estas líneas. Por eso decidí que la experiencia de mi maternidad sería
reivindicativa y no sólo una anécdota más.
12. Bibliografía
La OIT y la igualdad de género (GEDI). [citado el 23 de agosto de 2023]; Disponible
en: https://www.ilo.org/gender/Aboutus/ILOandgenderequality/lang--es/index.htm
Informe anual [Internet]. ONU Mujeres. [citado el 23 de agosto de 2023]. Disponible
en: https://www.unwomen.org/es/digital-library/annual-report
de la OIT EP de FS. Género e inclusion financiera. 2020 [citado el 23 de agosto de
2023]; Disponible en: https://www.ilo.org/empent/areas/social-
finance/WCMS_737756/lang--es/index.htm
Global Gender Gap Report 2023 [Internet]. World Economic Forum. Disponible en:
https://www.weforum.org/reports/global-gender-gap-report-2023
https://www.emakunde.euskadi.eus/contenidos/informacion/formacion_trabajo/es_de
f/adjuntos/2018.10.31.brecha_salarial.pdf
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
46702020000100095
Ciss-bienestar.org. [citado el 27 de agosto de 2023]. Disponible en: https://ciss-
bienestar.org/cuadernos/pdf/maternidad-y-seguridad-social.pdf