LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Esconjuraderos
1.
2.
3. Los esconjuraderos son pequeñas
construcciones de origen medieval típicas
del Pirineo, sobre todo del Pirineo aragonés,
aunque también se pueden encontrar en algunos
valles de Cataluña y el Pirineo francés.
4.
5. Se construían cerca de la iglesia del pueblo,
especialmente de las ermitas, y son edificaciones
generalmente cuadradas, aunque las hay también
circulares, y en ocasiones tienen una cruz encima
de la techumbre o dentro del edificio de piedra, y
con cuatro aberturas orientadas a cada uno de
los cuatro puntos cardinales.
¿Pero para qué servían estas sencillas construcciones?
7. Los esconjuraderos se usaban para esconjurar
o conjurar cualquier tipo de mal que acechara al
pueblo y lo mismo servía para un mal de ojo que
para una maldición o para alejar a la peste. Pero
su principal uso, para lo que se recurría con más
frecuencia, era “ahuyentar tormentas”.
10. En cuanto por lontananza se divisaban negros
nubarrones que pudieran traer tormenta, el pueblo
entero, con el párroco a la cabeza, se protegían en
el esconjuradero y, desde allí, comenzaban a
conjurar a la tormenta para que alejara de ellos el
temido granizo que arruinaría sus cosechas.
12. El rito no era muy complicado. Unas plegarias a
Santa Bárbara, protectora de las tormentas, una
rociada de agua bendita contra las nubes negras
por parte del cura y un conjuro en forma de
palabras mágicas. Había que tocar todos los
palos posibles para evitar que el cielo cayera
sobre sus cabezas.
13.
14. Hoy se conserva una de esas fórmulas que
el mosén gritaba en San Vicente:
“Boiretas en San Bizien y Labuerda: no
apedregaráz cuando lleguéz t’Araguás: ¡zi! ¡zas!”
19. Torre e iglesia de San Salvador de Guaso, Huesca, y esconjuradero
20. ¿Y qué hacía el cura celebrando y apoyando un ritual
pagano? Pues aunque, efectivamente, los orígenes de
los esconjuraderos se pierden en el tiempo y se creen
anteriores al cristianismo, era una costumbre tan
arraigada por la zona que es de suponer que la Iglesia
decidió usar la táctica que tan buenos resultados le ha
dado siempre: Si no puedes eliminarlo, hazlo tuyo.
Y de este modo, tenemos a un cura católico dirigiendo
una ceremonia pagana.
21. A los esconjuraderos hay que ir en día
despejado... no porque pongamos en duda
su funcionamiento, sino porque normalmente
desde su situación podremos ver las vistas
más hermosas…