Elías se encuentra deprimido después de su victoria sobre los profetas de Baal. Mientras está en una cueva, Dios le habla a Elías en una voz apacible y delicada, preguntándole qué está haciendo allí. Dios luego le dice a Elías que debe ungir a nuevos líderes, Hazael, Jehú y Eliseo, para continuar su obra profética.