Los estereogramas son imágenes planas que representan objetos tridimensionales mediante la disposición de puntos aleatorios asociados en parejas cuya distancia simula profundidad, lo que el cerebro interpreta como visión estereoscópica. Para ver la imagen en 3D, hay que relajar la vista y alejarse lentamente de la imagen o mirarla desenfocadamente para que el cerebro reconozca la profundidad.