La estimulación temprana implica intervenciones dirigidas a niños menores de 6 años para desarrollar al máximo sus capacidades físicas, mentales y sociales. Incluye actividades que estimulan el desarrollo motor, la coordinación, el lenguaje, las habilidades sociales y los sentidos. Debe aplicarse desde el nacimiento hasta los 6-7 años, periodo crítico para el desarrollo de las capacidades del niño.