El documento resume un estudio bíblico sobre la Carta de Santiago. Explica que la verdadera religión se trata de obras de amor y servicio a los demás, no de rituales externos. También advierte sobre los peligros de juzgar a los demás por su riqueza o posición social en lugar de con un espíritu imparcial. Finalmente, recuerda que Dios eligió a los pobres para que sean ricos en fe y hereden el reino, por lo que no debemos despreciar a nadie.