Este documento discute la importancia de incorporar aspectos éticos en la investigación y comunicación con ciudadanos. Señala que la transparencia ya no es opcional y que la deliberación entre iguales reemplazará mecanismos de votación previos. También menciona que el consentimiento informado es un requisito mínimo y que la participación ciudadana no es decorativa sino una condición para la supervivencia de las instituciones.