1. La Escuela Encantada
Erase una vez, un colegio muy misterioso donde había una bruja con
arrugas y granos. Tenía el pelo morado y llevaba una gran capa negra. Es
la directora conocida también por la Mujer de los Demonios; por su
nombre podemos comprobar que utilizaba a demonios como ejército para
destruir a los mortales.
Los profesores son monstruos con varios tentáculos y sus ayudantes
son vampiros que echan sangre por la boca, las orejas y las nariz.
El mejor de los alumnos es un monstruo con diez patas y una nariz
muy larga que le llega hasta la cintura, llamado Deiks.
Deiks estaba acostumbrado a los sustos y no tuvo ningún problema
en adaptarse a las exigencias de la escuela.
Un día llegó un alumno nuevo llamado Patapán, con aspecto de
fantasma muy bueno, alegre y con ganas de jugar con todos.
El fantasma entró en la clase presentándose a la hora de gimnasia.
Desde ese momento empezó al alborotarse la escuela...
Una mañana Deiks le dejo en su taquilla una rosa con una nota que
decía: dásela al profesor Calmp y dile que es de tu parte. Patapán se la
dio, por lo que el profesor muy enfadado le dijo:
- Estás castigado, ve al despacho de la directora.
-¿ Cómo se llama?- preguntó Patapán.
- Se llama La Mujer de los Demonios. Cuando llegues dile que te ponga
un parte - le respondió el profesor.
Fue por los largos pasillos donde había feroces demonios pero estaban
petrificados y sus techos llenos con espesas telarañas.
Llamó a la puerta, se abrió y pudo ver a la directora volando por la
habitación. Esta escuela estaba encantada por un malvado dragón.
Patapán comenzó a hablar:
2. - Directora, me manda el profesor y me ha dicho que me ponga un parte.
- Vale, pero prepararte para mañana porque tendrás que matar al dragón
de las tinieblas-le dijo la directora.
El fantasma muy asustado salio corriendo para la casa de sus tíos,
Gordito, Flátido y Lanquido entrenándose con ellos hasta el anochecer.
Al día siguiente antes de luchar con el dragón vinieron todos los alumnos
y la directora le dijo:
- Si ganas te irás a la Academia Real de mata dragones pero si no, te
tendrás que ir a la Cueva de los Horrores.
Patapán contestó:
- De acuerdo, lucharé contra el dragón pero prefiero irme a la Cueva de
los Horrores.
Él luchó y luchó contra el dragón pero no podía matarlo.
Todos le chillaban que lo hiciera, hasta que el fantasma lo consiguió. En
ese momento desde el interior del dragón salió una luz resplandeciente
alrededor de la escuela. Patapán se sorprendió que la oscuridad que
cubría la escuela había desaparecido y la directora, profesores ,
ayudantes y alumnos volvieron a su aspecto natural ya que todo el que
entraba en la escuela estaba bajo un maléfico hechizo realizado por el
dragón.
Patapan y sus tíos se marcharon a la Cueva de los Horrores, pero en
verdad era el paraíso de los buenos monstruos. Nunca volvieron a verlos
porque vivían felices en el paraíso.
Eva Jimenez Barrajón