Un dragón llamado Plácido y una mariposa llamada Bárbara se sienten infelices con sus nombres, que no reflejan sus verdaderas personalidades. Plácido se enferma de tristeza por su nombre pacífico, mientras que Bárbara se aísla por considerarse una nombre bárbaro. La mariposa visita al dragón y proponen intercambiar sus nombres, quedando el dragón como Bárbaro y la mariposa como Plácida. Ambos quedan contentos con su nuevo nombre.
Choco, un pájaro pequeño, no tiene mamá y ha decidido buscarla. Primero se encuentra con una jirafa; luego, con la señora Pingüino; y más adelante, con una morsa. Sin embargo, ninguna de ellas acepta ser su mamá. Las alas, las mejillas grandes y redondas y las rayas de los pies del pequeño pájaro son el motivo por el que lo rechazan; no pueden adoptarlo porque no se parecen a él.
En medio de la frustración, continúa su búsqueda. Y justo cuando está a punto de resignarse, observa a lo lejos a una osa. Él la descarta de inmediato porque no tienen ningún parecido; pero basta con que la señora Osa escuche su historia para hacer lo que cualquier otra madre haría: cantarle, abrazarlo, bailarle y besarlo para alegrarle el día.
Es así como Choco se encuentra con algo que no esperaba: un hogar diverso pero colmado de afecto.
La historia de este libro trata sobre un gato llamado Horacio quien vive en la calle y en os días fríos va a la biblioteca a leer, allí descubre un libro que habla sobre brujas sus costumbres, vestimentas, las mágicas posiciones que realizan, pero lo que más llama la atención de Horacio es que las brujas tienen como mascotas a ¡gatos negros!
Horacio decide salir en busca de una bruja para que lo adopte y no tener que vivir en la calle, en su búsqueda encuentra a una niña, un barrendero y una cocinera a los cuales confunde por equivocación con brujas, al no tener efectividad en su búsqueda vuelve a la biblioteca y allí encuentra un grupo de brujas, entre ellas una profesora quien lleva a Horacio a vivir a la escuela de brujas encontrando por fin un hogar.
Poesías cortas para niños de primaria, selección de siete poemas de Amado Nervo, William Blake, Octavio Paz, Ruyard Kipling, Edmundo de Ámicis, Federico García Lorca y Michael Ende
Más recursos para mamás con niños en la primaria y para maestras en
www.padresenlaescuela.com
Choco, un pájaro pequeño, no tiene mamá y ha decidido buscarla. Primero se encuentra con una jirafa; luego, con la señora Pingüino; y más adelante, con una morsa. Sin embargo, ninguna de ellas acepta ser su mamá. Las alas, las mejillas grandes y redondas y las rayas de los pies del pequeño pájaro son el motivo por el que lo rechazan; no pueden adoptarlo porque no se parecen a él.
En medio de la frustración, continúa su búsqueda. Y justo cuando está a punto de resignarse, observa a lo lejos a una osa. Él la descarta de inmediato porque no tienen ningún parecido; pero basta con que la señora Osa escuche su historia para hacer lo que cualquier otra madre haría: cantarle, abrazarlo, bailarle y besarlo para alegrarle el día.
Es así como Choco se encuentra con algo que no esperaba: un hogar diverso pero colmado de afecto.
La historia de este libro trata sobre un gato llamado Horacio quien vive en la calle y en os días fríos va a la biblioteca a leer, allí descubre un libro que habla sobre brujas sus costumbres, vestimentas, las mágicas posiciones que realizan, pero lo que más llama la atención de Horacio es que las brujas tienen como mascotas a ¡gatos negros!
Horacio decide salir en busca de una bruja para que lo adopte y no tener que vivir en la calle, en su búsqueda encuentra a una niña, un barrendero y una cocinera a los cuales confunde por equivocación con brujas, al no tener efectividad en su búsqueda vuelve a la biblioteca y allí encuentra un grupo de brujas, entre ellas una profesora quien lleva a Horacio a vivir a la escuela de brujas encontrando por fin un hogar.
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Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
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1. EL DRAGÓN Y LA MARIPOSA
EL DRAGON Y LA MARIPOSA
En un oscuro torreón
vivía en tiempos un dragón,
que Plácido se llamaba
y todo lo destrozaba:
lleno de pinchos y malas artes
Escupía fuego por todas partes.
Pero un día vino un profesor
con un libraco, y sin temor
al fiero dragón se acercó,
y de cabo a rabo lo examinó.
Midió al bicho con interés:
¡treinta metros de largo es!
Ingrato, el monstruo se tragó
El metro, y al que lo midió.
No le dolió su mala acción,
Pues bien le supo al muy glotón.
Pero el libro se le empachó
y una indigestión le dio,
y vomitó con desagrado
a sabio y libro antes tragado.
El sabio sus gafas agarró
y se marchó sin un adiós.
Mas, ¡mira!, el libro se ha dejado
A mala idea u olvidado.
El dragón se puso a leer,
¡nunca lo hubiera debido hacer!
Pues apenas el libro abrió
Su nombre escrito se encontró,
Y conoció el significado
De un nombre tan inapropiado
“PLACIDO”: manso y apacible,
dulce, tranquilo, muy sensible.
2. Gritó el dragón el alma en vilo.
“¡Yo no soy dulce ni tranquilo!”
Y para demostrarnos lo contrario,
Rompió en seguida su diccionario.
Y se pasó quinientos días
Haciendo mil y una fechorías.
Pero aunque trágico le pareciera,
Plácido su nombre era.
Enfermó de la tristeza,
¡le dolía la cabeza!
En la cama se metió
Y ya nunca más salió.
Sobre la hierba frondosa
danzaba una mariposa.
Se llamaba BÁRBARA, y como ves,
es dulce, bella y muy cortés.
Bailaba el vals que era un primor
Revoloteando de flor en flor.
Tan delicada y tan sensible
que cualquier ruido era insufrible.
Nunca podía dormir la siesta
con aquella autopista tan molesta,
y, corrió a buscar por eso
sosiego en un bosque espeso.
Apenas se hubo instalado
Zumbó un abejorro a su lado.
“¡Bárbaro!, dijo ella, “¡ruidoso!,
me estás estorbando el reposo”.
Zumbó el abejorro: ¡Buuu,
la única “Bárbara” eres tú!
Bárbara perdió el color:
“¡Cielos, mi nombre es un horror!”
Ya nunca más volvió a bailar,
y de puntillas se puso a andar;
pero con eso nada consiguió
pues su nombre tampoco varió.
3. Decidió, desesperada,
vivir sola y retirada
y en el desierto y en soledad
expiar su “barbaridad”.
Pero un día una serpiente
pasó en zig-zag por allí enfrente:
“Qué risa me da”, le contó,
“a un dragón conozco yo
que se ha metido en la cama
porque Plácido se llama.
Y ahora te encuentro a ti.
Ja, ja la vida es así.”
Guiñó un ojo insinuante
y de allí se fue reptante.
Ella conservó en su mente
lo que dijo la serpiente.
Tras doce días de reflexión,
gritó: “Hallé la solución.”
Y con ligero equipaje
emprendió su largo viaje
hasta llegar, de un tirón,
a la torre del dragón.
Blancos huesos había en la entrada
y ella llamó muy asustada.
Entró por fin al torreón
y en la cama halló al dragón
quejándose a voz en grito;
mas ella le habló bajito:
pues Bárbara me llamo yo.
¿Cambiamos ya que son nuestros
esos nombres tan mal puesto?
4. Al pronto, él no la entendió,
pero al rato se aclaró,
y le estrechó entusiasmado,
la mano (¡con gran cuidado!).
Y muy contentos, en suma,
cogieron papel y pluma,
y por escrito dejaron
el acuerdo que tomaron.
Se fue contenta y gozosa
Plácida la mariposa,
y Bárbaro, el fiero dragón,
la despidió con emoción.
Pero un día una serpiente
pasó en zig-zag por allí enfrente:
“Qué risa me da”, le contó,
“a un dragón conozco yo
que se ha metido en la cama
porque Plácido se llama.
Y ahora te encuentro a ti.
Ja, ja la vida es así.”
Guiñó un ojo insinuante
y de allí se fue reptante.
El dragón y la mariposa.
Michael Ende