Juan el Bautista predica en el desierto llamando a la conversión y anunciando la llegada del Reino de los Cielos. Viste pobremente y se alimenta de langostas y miel silvestre. Mucha gente acude a escucharlo y se bautiza confesando sus pecados. Juan critica a los fariseos y saduceos por no dar frutos de conversión sincera, y advierte que quien no produzca buenos frutos será cortado. Anuncia que viene uno más poderoso que bautizará con el Espíritu Santo y el fue