La atmosfera primitiva de la Tierra contenía gases como dióxido de carbono, monóxido de carbono y vapor de agua pero poco oxígeno. La vida anaeróbica comenzó en estas condiciones. Las moléculas inorgánicas mutaron a moléculas orgánicas debido a la radiación. Con el tiempo y la adaptación a los elementos químicos presentes, estas moléculas orgánicas evolucionaron y maduraron hasta formar células vivas.