Los niños realizaron un experimento plantando habas en tres tipos de tierra: arena, arcilla y tierra de jardín. Regaron las plantas por igual y observaron su crecimiento durante varios días, tomando fotos y datos. Descubrieron que la planta en arena creció rápido pero débil, la de arcilla creció lento y pequeña, y la de tierra de jardín tuvo el crecimiento más saludable y fuerte.