La fábula cuenta la historia de un gato hambriento que engaña a un ratoncito para que salga de su agujero con promesas de queso, nueces y bizcocho. A pesar de las advertencias de su madre de que el gato es un engañador, el ratoncito desobedece y sale, solo para ser inmediatamente devorado por el gato. La moraleja es que siempre se debe obedecer a los padres porque ellos saben lo que es mejor y no pondrán en peligro la vida de sus hijos.