Dentro de esta presentación se resaltara puntos en los cuales los adolescentes toman en cuenta para tener una buena autoestima, según su concepto de ellos mismos, de dará un ejemplo y en base a ello se abarcara todo el tema.
El siguiente material es importante para fortalecer el autoestima desde la primera escuela que es la familia hasta las diferentes instituciones educativas
En este trabajo se presenta un taller para fomentar el autoestima de sus hijos. se apoya de videos para hacer conciencia al trato de los padres a sus hijos.
Dentro de esta presentación se resaltara puntos en los cuales los adolescentes toman en cuenta para tener una buena autoestima, según su concepto de ellos mismos, de dará un ejemplo y en base a ello se abarcara todo el tema.
El siguiente material es importante para fortalecer el autoestima desde la primera escuela que es la familia hasta las diferentes instituciones educativas
En este trabajo se presenta un taller para fomentar el autoestima de sus hijos. se apoya de videos para hacer conciencia al trato de los padres a sus hijos.
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Ficha Practica
1. LA AUTOESTIMA
¿Qué es la autoestima?
Se llama autoestima al conjunto de sentimientos y valoraciones que la persona desarrolla con
respecto a sí mismo. Esta autovaloración se centra en aspectos como los siguientes:
Qué siento respecto a como soy
En qué medida valoro mis características
Hasta qué punto estoy orgulloso de mis capacidades y logros
Hasta qué punto me siento avergonzado de mis limitaciones y fracasos
Dependiendo de cómo respondamos a estas cuestiones se presentará una valoración de nosotros
mismos de un tipo o de otra. Por tanto, si pensamos que somos como deseamos ser nos sentiremos más
satisfechos de nuestra persona y nos valoraremos bien, si ocurre lo contrario, es decir, si pensamos que no
hemos conseguido ser como deseamos, nos sentiremos mal y nos valoraremos peor.
Somos las personas las que decidimos las metas y aspiraciones que pretendemos alcanzar y somos,
igualmente, nosotros los que decidimos si estamos lejos o cerca de lo que deseamos.
ACTIVIDAD
Identifique en su hijo o hija:
Qué dice cuando tiene un éxito, cuando las cosas le salen bien
Qué dice cuando tiene un fracaso, cuando las cosas no le salen bien
La autoestima es un producto psicológico que puede tener signo negativo o signo positivo, de esta
manera podemos ver que:
o El signo es positivo: cuando el individuo siente y valora que la realidad y sus aspiraciones son
bastante coincidentes. Por ejemplo, desea ser un habilidoso jugador de fútbol y todos le dicen
y el se da cuenta que maneja con facilidad la pelota.
o El signo es negativo: cuando el individuo siente y valora que la realidad y sus aspiraciones
son poco o nada coincidentes. Por ejemplo, desea ser el que corre más rápido pero nunca gana
una carrera.
2. Componentes de la autoestima
Hay al menos tres componentes básicos de la autoestima durante la infancia:
Autoestima física: valoración que hace un niño o una niña de su aspecto físico o de sus
destrezas y habilidades corporales.
Autoestima social: valoración que hace de las relaciones con sus padres, con sus compañeros y
con todas las personas significativas.
Autoestima académica: valoración del sujeto de su rendimiento en: lectura, escritura,
matemáticas, conocimiento del medio y en las distintas materias que componen la tarea
académica.
ACTIVIDAD
Identifique en su hijo o hija:
Qué dice respecto a su aspecto físico y sus habilidades corporales
Qué dice respecto a sus relaciones sobre todo con los compañeros de clase
y sus amigos.
Qué dice sobre su rendimiento académico en las distintas materias o
asignaturas
De qué depende la autoestima
Hay un conjunto de factores que se suelen asociar a la autoestima en los niños y niñas y son:
Los estilos de educación familiar
Los compañeros y las relaciones con ellos.
Los profesores
Lo que el individuo sabe de su propio comportamiento
Por lo que se refiere a los estilos de educación familiar, diremos que existen tres estilos básicos:
autoritario, permisivo y democrático.
3. El estilo democrático se caracteriza por la presencia de un alto nivel de afecto y comunicación
unido a un alto nivel de exigencia y control. Es precisamente este estilo el que parece más adecuado para
estimular una autoestima elevada. Por un lado el afecto permite que nos valoremos ya que quienes son
importantes para nosotros nos valoran. Por el contrario, quien siente indiferencia o rechazo de las personas
importantes, no puede verse a sí mismo de manera positiva. Por otro lado, la exigencia y el control ayudan
a elevar la autoestima ya que las normas y la exigencia de su cumplimiento establecen unas reglas de
juego claras y señalan las expectativas que respecto a nuestra conducta y rendimiento tienen las personas
importantes para nosotros.
Por lo que se refiere a los estilos educativos familiares permisivos, hay un alto nivel de afecto pero
un escaso nivel de exigencia y control, se puede decir que la satisfacción de los demás con nosotros está
menos ligada a nuestros meritos, a nuestros logros, a nuestros esfuerzos y, por tanto, a nuestros
sentimientos de satisfacción y orgullo.
En el caso de los estilos autoritario e indiferente, la escasa o nula presencia del afecto es
suficiente para explicar porque no resulta adecuado para estimular una adecuada autovaloración.
Consejos prácticos
Qué hacer desde las familias para potenciar a nuestros hijos e hijas
El lenguaje
Hay que analizar nuestro lenguaje cuando nos dirigimos a los niños, cuando hablamos de ellos
delate de otras personas, cuando definimos, calificamos o evaluamos: utilizar un lenguaje positivo con los
niños y las niñas y evitar acusaciones, ridiculizaciones y comentarios irónicos. Cuando se ha de corregir al
niño o a la niña calificar los comportamientos y los efectos de los comportamientos y no a la persona.
‼ “dejar la ropa tirada en el baño molesta a las otras personas y además es tu obligación
recogerla”.
‼ “eres un guarro y un desordenado, nunca aprenderás que no se debe dejar la ropa tirada en el
baño después de usarlo”
Enseñar al niño o la niña a decirse cosas a sí mismo que le estimulen y animen al desempeño, el
rendimiento y la eficacia. También, enseñarle a decirse a sí mismo cosas tranquilizadoras y, al mismo
tiempo, exigentes cuando las cosas no salgan como uno quiere.
El afecto
: Enseñar al niño o a la niña a:
identificar emociones en él y en los demás
comprender como se generan, desarrollan y aplacan las emociones,
expresar las emociones propias,
entender las emociones que expresan los otros.
4. Desarrollar emociones estables hacia determinadas cosas: sentimientos de protección y cariño
con los padres y los hermanos, además de ayuda mutua con los familiares, de camaradería y
lealtad con los amigos, y sentimientos positivos hacia los seres humanos, los animales, la
naturaleza, y la vida en general. Todo esto teniendo en cuenta las creencias, valores e ideas de
los adultos de su familia.
La Comunicación
Para construir una comunicación fluida con nuestros hijos e hijas es preciso mostrarse disponible a
los niños cuando nos demandan; escuchar activamente lo que nos dicen, haciéndoles ver que nos interesan
sus opiniones y puntos de vista; y mostrar empatía con sus sentimientos, es decir, ser capaz de entender,
compartir y anticipar sus sentimientos. Estos elementos pueden facilitar que se produzca una
comunicación rica y armónica con nuestros hijos e hijas y nos puede permitir influir en la autovaloración
que en cada momento hacen.
Exigencia y control
Metas realistas que exijan esfuerzo personal,
Normas claras y comprensibles adaptadas a su estado evolutivo,
Consecuencias negativas, aplicadas lo más inmediatamente posible, para los
comportamientos inadecuados y el incumplimiento de las normas,
Consecuencias positivas para las actuaciones adecuadas y el cumplimiento de las normas.
Autonomía progresiva según el niño vaya manifestando autocontrol.
Si las reglas del juego son claras, justas y razonables, permiten al niño o la niña saber a que
atenerse, derivando un sentimiento positivo de su cumplimiento y una valoración negativa de su
infracción. 1
Gonzalo Rodríguez Rodríguez
Psicólogo
1
Extraído de Palacios, J. 2003. “Desarrollo del yo”. En “Desarrollo afectivo y social”, 2003, López, F.