Este poema describe las flores negras que brotan bajo las ruinas de las pasiones del poeta y en el fondo de su alma, ya que la persona a la que amaba ya no lo alegra. Estas flores negras son el recuerdo de los momentos en que la abrazaba mientras suspiraba por sus ojos, aunque esos momentos no le pertenecían. El poeta ofrece este manojo de flores sombrías como un recuerdo de sus profundas melancolías.