Las formas farmacéuticas semisólidas son preparaciones homogéneas y consistentes en sistemas de emulsión opacos. Deben ser estables, tener una consistencia suave e inocua, y ser fáciles de aplicar. La base adecuada es importante para que sea compatible con los ingredientes y libere la droga en el sitio de acción. Ejemplos incluyen cremas, emplastos, geles, óvulos, pastas, pomadas, supositorios y ungüentos.