Las Religiosas Franciscanas de María Inmaculada siguen el estilo de vida de San Francisco de Asís y la Madre Caridad. Viven y anuncian el Evangelio como Hermanas Menores, con la fraternidad como su hogar y Jesús Eucaristía como el centro de su vida consagrada. Comparten la realidad del pobre a través de la oración, la educación, el trabajo parroquial y el apoyo a niños, jóvenes y familias necesitadas.