Franz Liszt fue un pianista y compositor húngaro del siglo XIX que tuvo una vida y carrera extraordinarias. Tuvo una amistad profunda con Chopin pero sus personalidades eran diferentes, con Liszt viviendo hasta los 75 años mientras que Chopin murió a los 39. Liszt disfrutó de gran éxito como intérprete de piano y compositor, creando más de 700 obras, y también tuvo muchas aventuras amorosas. Mantuvo una estrecha amistad y apoyo a Richard Wagner a pesar de algunos problemas personales. Lis
1. A los cien años de su muerte: FRANZ LISTZ, evocación de un artista romántico
Nos encontramos en París, en la primera mitad del siglo XIX. "Yo no estoy ecostumbrado
a dar conciertos; vos sí, os sentís inclinado a ello por naturaleza, porque si no os ganáis al
público tenéis medios para someterlo.".
¿Quién se expresa de esta manera?. Se trata de un pianista polaco que abre su
corazón, sus sentimientos, su timidez enfermiza ante un artista húngaro que conoce todo el
esplendor de la fama, del renombre, del dinero. Es Chopin quien dirige estas frases sinceras a
Liszt. Entre los dos genios de la música, de la interpretación y de la composición ha nacido en
estos años una amistad profunda, que perdurará hasta que Chopin fallezca tempranamente.
La vida de Franz Liszt, elegido, como Chopin, para conocer las más sublimes cimas del
arte, es muy distinta a la del romántico y frágil polaco. Sus caracteres son también muy
diferentes y conformn un destino despar. Ambos conocen la gloria, los aplausos, la adulación que
se rinde a los grandes genios. Pero Chopin morirá a los 39 años, en su amado París, en tanto
que Liszt fallecerá en 1886 -ahora se cumplen cien años de ese tránsito- a los 75 años de edad.
En su larga vida Liszt vivió experiencias extraordinarias. En éxito total, el favor de los
úblicos como genial intérprete de piano, aventuras amorosas que se cuentan por docenas,
favorecidas por la buena planta del artista húngaro, la amistad de los mejores músicos, pintores
y literatos de su tiempo, el afecto y la admiración de la clase aristocrática... Su vida se hizo así
una aventura difícilmente comparable, expresión también de los acentos románticos que
dominaron su tiempo.
UNA PRODIGIOSA CARRERA
"Su rostro brillaba con un esplendor sobrenatural." Así describrió una joven escritora
alemana, María Lipsius, la expresión del rostro de Liszt cuando el gran músico dirigía una de sus
obras. Una expresión que también adoptaba en sus conciertos de piano. "Aquella magnífica
cabeza de nobles y espirituales rasgos sólo podía ser la de él." Liszt a la vista está, poseía un
atractico físico excepcional. No es raro, por tanto, que enseguida encontrara "protectoras" y
muchos amoríos, hasta estabilizarse en el amor de una refinada aristócrata, Marie de Flavigny,
condesa de Agoult, con la que tuvo tres hijos. Aquella relación fue unescándalo tan considerable
que Liszt tuvo que abandonar París, con la condesa, en 1835.
DISCIPULO DE SALIERI
Liszt, que había nacido en Raiding, Hungría, en 1811, tuvo la suerte de contar con un
padre que amaba la música profundamente y que no tardó en descubrir que su hijo poseía unas
dotes realmente excepcionales. A los doce años Liszt se traladó a Viena y los catorce a París.
Fueron sus maestros, en estos años, Salieri -el rival de Mozart según la particular y discutible
versión de "Amadeus"-, Czerny, un gran pedagogodel piano; Paer y otros. Pero el jovencísimo
músico, que como Mozart triunfó ya en su infancia, tenía un afán devorador de cuanto significara
arte, y así leía a Byron, a Víctor Hugo, a Lamartine, y comenzaba a gustar de la compañía de
grandes pintores.
Al poco tiempo fue un hombre imprescindible en los salones mundanos. Le ayudaba su
atractiva fugura, su simpatía, su amplísima cultura y sensibilidad. Durante diez años, en París,
conoció a Hugo, Lamartine, Alejandro Dumas, Delacroix... y a Jorgina Sand, la agitada amante
de Chopin. Y, por supuesto, al intérprete polaco, del que ya hemos hablado y al que profesó una
amistad de una maravillosa fidelidad, hasta el último momento.
LA SEGUNDA MUSA
A los 24 años, cuando conoce ya una gloria excepcional, tiene que huir con su amante,
la condesa de Agoult. Seguirán años de "peregrinación", como él dice, en los que se entrega a
su apasionado amor y a giras de conciertos, que le llevan a las mejores ciudades europeas,
Viena, Berlín, Budapest, a Suiza y a Iralia... Pero a midiados de los años cuarenta surge otro
amor igulamente apasionado. Esa "segunda musa" será la princesa Carolina Sayn-Wittgenstein,
a la que había conocido en Kiev. Pero ella era una mujer casada y durante muchos años la
pareja luchò por conseguir el divorcio. Incluso intentaron que el Papa interviniera para romper el
vínculo matrimonial anterior, pero no lograron su anhelo. La boda nunca llegaría a celebrarse y,
2. curiosamente, desde 1861 los dos amantes vivían periodos de gran misticismo, que movierin
incluso aLiszt a recebir las órdenes menores. Un hecho más que sorprendente en un artista tan
mundano y tan apegado a la vida brillante de los salones de moda.
UN AMIGO FIEL
Si Liszt vivió aventuras amorosas marcadas por una arrebatada pasión, guardó también
un lugar muy especial en sus sentimientos para la amistad. Sus amigos, como he indicado, se
contaban entre los mejores artistas de su tiempo. Habrá que recordar especialmente su ya
evocada relación con Chopin y el apoyo extraordinario que prestó a otro músico de enorme
talento: Richard Wagner.
A Chopin le dedicaría críticas colmadas de elogios generosos -y sin duda merecidos-,
como la escrita para la "Gazette musicale" en abril de 1841, tras un maravilloso concierto del
pianista polaco en la famosa sala Pleyel parisina. La relación se mantendría hasta la muerte de
Chopin, y Liszt llevaría su afecto a escribir una biografía de aquel incomparable intérprete,
colmado de sensibilidad, que moriría antes de tiempo por una enfermedad pulmonar irreversible.
RELACION CON WAGNER
La amistad que se estableció entre Liszt y Wagner aún fue más intensa y duradera,
hasta el punto de que Liszt murió en Bayreuth, la "catedral" del arte wagneriano, y allí está
enterrado. Una hija de Liszt, Cósima, contrajo matrimonio con Wagner, después de una
tumultuosa relación con el compositor, pues Cósima estaba casada en anteriores nupcias con un
adelantado discípulo de Liszt, Hans von Bulow, que fue después colaborador incansable de
Wagner y director de las primeras representaciones de sus inmortales obras.
Aquella relación entre Cósima y Wagner, mientras Von Bulow vivía todavía, disgustó a
Liszt y enfrió un pocosu amistad por el genio alemán. Pero con el tiempo, tras la boda de Cósima
y Richard, retornó el antiguo afecto. Liszt facilitó el estrno de varias óperas del autor de "El buque
fantasma", y para ello se valió de su cargo de director de la Orquesta de Weimar. E·n 1876
asistió a los festivales de inauguración del tran teatro wagneriano de Bayreuth. Una amistad, por
tanto, profunda, intensa, mantenida a pesar de muy serios reveses y disgustos, que jalonaron la
especial vinculación de dos de los más grandes músicos de todos los tiempos.
Una vida agitada, gloriosa, extraordinaria. Así fue la existencia del intérprete y
compositor húngaro, cuyo nombre no sólo ha quedado recogido en las páginas de la historia de
la música como un genial pianista, sino también como creador de más de 700 obras, entre las
que destacan sus poemas sinfónicos, sonatas para piano, las famosas variaciones sobre un
tema de Bach, la gran Misa y multitud de piezas para piano, que figuran entre lo más escogido
de la literatura para el noble instrumento. Fue Liszt un excepcional músico, que desarrolló una
carrera brillantísima, pero sobre todo un singular ser humano, que amó intensamente y supo ser
fiel a un acendrado sentido de la amistad y de los deberes que ello implica.
Ricardo VAZQUEZ-PRADA
(PIE DE FOTO: Carta de Liszt al fabricante de pianos Pierre Erard.)