Don Bosco fundó su congregación para ayudar a los jóvenes abandonados después de que una visión de Dios le indicara su misión. Aunque se enfrentó a muchos obstáculos, creyó que con la ayuda de otros podría expandir su obra para ayudar a miles de niños en necesidad en todo el mundo. Antes de morir, instó a sus seguidores a amarse los unos a los otros y continuar su legado de hacer el bien.