FRASES MISIONERAS REDEMPTORIS MISSIO
Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre la permanente validez del mandato misionero. (1990)
CAPITULO 1: JESUCRISTO UNICO SALVADOR
CAPITULO II: EL REINO DE DIOS
CAPITULO III. EL ESPIRITU PROTAGONISTA DE LA MISION
CAPITULO IV: LOS INMENSOS HORIZONTES DE LA MISION AD GENTES
CAPITULO V: LOS CAMINOS DE LA MISION
CAPITULO VI: RESPONSABLES Y AGENTES DE LA PASTORAL MISIONERA
CAPITULO VII: LA COOPERACION EN LA ACTIVIDAD MISIONERA
CAPITULO VIII: ESPIRITUALIDAD MISIONERA
Tema desarrollado por Luís Reyes, conceptos básicos de Kerigma, a quién va dirigido el Kerigma, Hablar del Kerigma de los Apóstoles, Motivar al Kerigma, Kerigma Vs. Catequesis, El Kerigma de Jesús, Interiorización del Kerigma, El Kerigma actual...
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A. ¿Qué es la soledad?
• En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que más se utiliza para “solitario” es shamem, que significa “desolado”.
• En el Nuevo Testamento la palabra griega eremos significa “lugares desiertos”.
• La soledad es el estado emocional de tristeza causado por sentirse solo, aislado o alejado de los demás.
• Una persona puede sentir la falta de cercanía con otros aún cuando estén en su presencia.
• David exclamó al Señor en tiempo de soledad:
“Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido”.
(Salmos 25:16)
B. ¿Qué significa estar solo?
• En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce solo es badad, que significa “estar con uno mismo”.
• En el Nuevo Testamento, la palabra griega monos denota “sin compañía, solo, solitario”.
• Estar solo es la condición de estar sin compañía, separado de otros.
• Con frecuencia, Jesús buscó estar a solas. Se apartaba de los demás para poder tener comunión con el Padre.
“Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.
(Mateo 14:23)
C. ¿Cuál es la diferencia entre estar a solas y sentir soledad?
• La soledad se refiere al estado emocional (por sentirse rechazado y desolado).
• Estar a solas se refiere al estado físico (el estado de estar separado de los demás).
• La soledad generalmente es una experiencia negativa (que va acompañada de un sentimiento de desesperanza).
• Estar a solas puede ser una experiencia positiva (convirtiéndola en un momento de creatividad y comunión con el Señor).
D. Ejemplos bíblicos de soledad
DAVID EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR EL RECHAZO.
“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”.
(Salmos 142:4)
JOB EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR SUS AMIGOS DESLEALES.
“El atribulado es consolado por su compañero; aun aquel que abandona el temor del Omnipotente. Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; pasan como corrientes impetuosas”.
(Job 6:14–15)
ELÍAS EXPERIMENTÓ SOLEDAD PORQUE TEMIÓ LA IRA DE DIOS.
“Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”.
(1 Reyes 19:3–4)
E. Ejemplos bíblicos de estar solo
PABLO ESTUVO SOLO CUANDO SUS AMIGOS LO ABANDONARON.
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león”.
(2 Timoteo 4:16–17)
JOB ESTUVO SOLO CUANDO
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
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1. FRASES MISIONERAS REDEMPTORIS MISSIO
Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre la permanente validez del mandato misionero. (1990)
CAPITULO 1: JESUCRISTO UNICO SALVADOR
“Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las grandes obras de Dios”. (RM 1)
“El impulso misionero pertenece a la naturaleza íntima de la vida cristiana e inspira también el ecumenismo:
«Que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 21)”. (RM 1)
“Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las grandes obras de Dios: «Predicar el Evangelio no es para mí
ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe: Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio!»(1 Cor
9, 16)”. (RM 1)
“La misión atañe a todos los cristianos, a todas las diócesis y parroquias, a las instituciones y asociaciones
eclesiales”. (RM 2)
“La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión
universal”. (RM 2)
“La misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones.
¡La fe se fortalece dándola!" (RM 2)
"La misión tiene como único fin servir al hombre, revelándole el amor de Dios que se ha manifestado en
Jesucristo". (RM 2)
"Para esta humanidad, tan amada por el Padre, que por ella envió a su propio Hijo, es patente la urgencia de la
misión". (RM 3)
“Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo
a todos los pueblos”. (RM 3)
“Sólo en la fe se comprende y se fundamenta la misión”. (RM 4)
“La Iglesia no puede dejar de proclamar el Evangelio, es decir, la plenitud de la verdad que Dios nos ha dado a
conocer sobre sí mismo”. (RM 5)
“La Iglesia no puede dejar de proclamar que Jesús, vino a revelar el rostro de Dios y alcanzar, mediante la cruz y
la resurrección, la salvación para todos los hombres”. (RM 11)
“La Iglesia ofrece a los hombres el Evangelio, documento profético, que responde a las exigencias y aspiraciones
del corazón humano y que es siempre «Buena Nueva»”. (RM 11)
"Todo cristiano no puede esconder ni conservar para sí la novedad y riqueza de la Buena Nueva , recibida de la
divina bondad para ser comunicada a todos los hombres". (RM11)
CAPITULO II: EL REINO DE DIOS
“La novedad de vida es la «Buena Nueva» para el hombre de todo tiempo: a ella han sido llamados y destinados
todos los hombres”. (RM 11)
“Jesús se ha acercado sobre todo a aquellos que estaban al margen de la sociedad, dándoles su preferencia,
cuando anuncia la «Buena Nueva»”. (RM 14)
“Hoy también es necesario unir el anuncio del Reino de Dios y la proclamación del evento de Jesucristo. Los dos
anuncios se completan y se iluminan mutuamente”. (RM 16)
2. CAPITULO III. EL ESPIRITU PROTAGONISTA DE LA MISION
“Mediante la acción del Espíritu Santo, la Buena Nueva toma cuerpo en las conciencias y en los corazones
humanos y se difunde en la historia. En todo está el Espíritu Santo que da la vida”. (RM 21)
“El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial”. (RM 21)
“La misión no se basa en las capacidades humanas, sino en el poder del Resucitado”. (RM 23)
“El misionero es invitado a creer en la fuerza transformadora del Evangelio y a anunciar la conversión al amor y a
la misericordia de Dios, la experiencia de una liberación total hasta la raíz de todo mal, el pecado”. (RM 23)
“La misión de la Iglesia, al igual que la de Jesús, es obra de Dios”. (RM 24)
“Aún antes de ser acción, la misión es testimonio e irradiación”. (RM 26)
“Uno de los objetivos centrales de la misión es reunir al pueblo para la escucha del Evangelio, en la comunión
fraterna, en la oración y la Eucaristía”. (RM 26)
“Los horizontes y las posibilidades de la misión se ensanchan, y nosotros los cristianos estamos llamados a la
valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu ¡Él es el protagonista de la misión!”. (RM 30)
CAPITULO IV: LOS INMENSOS HORIZONTES DE LA MISION AD GENTES
“La tarea de anunciar a Jesucristo a todos los pueblos se presenta inmensa y desproporcionada respecto a las
fuerzas humanas de la Iglesia”. (RM 35)
"A pueblos enteros y áreas culturales de gran importancia en no pocas naciones no ha llegado aún al anuncio
evangélico". (RM 37)
“El anuncio de Cristo y del Reino de Dios debe llegar a ser instrumento de rescate humano”. (RM 37)
“Existen otros muchos areópagos del mundo moderno hacia los cuales debe orientarse la actividad misionera de
la Iglesia: el compromiso por la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos; los derechos del hombre y de los
pueblos, sobre todo los de las minorías; la promoción de la mujer y del niño; la salvaguardia de la creación, son
otros tantos sectores que han de ser iluminados con la luz del Evangelio”. (RM 37)
“La Iglesia debe ser fiel a Cristo, del cual es el Cuerpo y continuadora de su misión”. (RM 39)
“La Iglesia tiene el deber de hacer todo lo posible para desarrollar su misión en el mundo y llegar a todos los
pueblos; tiene también el derecho que le ha dado Dios para realizar su plan”. (RM 39)
“La misión no coarta la libertad, sino más bien la favorece. La Iglesia propone, no impone nada: respeta las
personas y las culturas, y se detiene ante el sagrario de la conciencia”. (RM 39)
“A quienes se oponen con los pretextos más variados a la actividad misionera de la Iglesia ; ella va repitiendo:
¡Abrid las puertas a Cristo!”. (RM 39)
“Todas las formas de la actividad misionera están marcadas por la conciencia de promover la libertad del
hombre, anunciándole a Jesucristo”. (RM 39)
“La actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia”. (RM 40)
CAPITULO V: LOS CAMINOS DE LA MISION
“La actividad misionera es, en última instancia, la manifestación del propósito de Dios, o epifanía, y su
realización en el mundo y en la historia, en la que Dios, por medio de la misión, perfecciona abiertamente la
historia de la salvación”. (RM 41)
“El trabajar por la paz, la justicia, los derechos del hombre, la promoción humana, es un testimonio del
Evangelio, si es un signo de atención a las personas y está ordenado al desarrollo integral del hombre”. (RM 42)
“El testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión: Cristo, de cuya misión somos
continuadores, es el «Testigo» por excelencia (Ap 1, 5; 3, 14) y el modelo del testimonio cristiano. El Espíritu
Santo acompaña el camino de la Iglesia y la asocia al testimonio que él da de Cristo (Jn 15,26-27)”. (RM 42)
3. “La primera forma de testimonio es la vida misma del misionero, la de la familia cristiana y de la comunidad
eclesial, que hace visible un nuevo modo de comportarse”. (RM 42)
“El misionero que, aun con todos los límites y defectos humanos, vive con sencillez según el modelo de Cristo, es
un signo de Dios y de las realidades trascendentales”. (RM 42)
“Todos en la Iglesia, esforzándose por imitar al divino Maestro, pueden y deben dar testimonio, que en muchos
casos, es el único modo posible de ser misioneros”. (RM 42)
“EL anuncio tiene por objeto a Cristo crucificado, muerto y resucitado: en él se realiza la plena y auténtica
liberación del mal, del pecado y de la muerte; por él, Dios da la «nueva vida», divina y eterna”. (RM 44)
“El anuncio se hace en el contexto de la vida del hombre y de los pueblos que lo reciben. Debe hacerse además
con una actitud de amor y de estima hacia quien escucha, con un lenguaje concreto y adaptado a las
circunstancias”. (RM 44)
“En el anuncio el Espíritu actúa e instaura una comunión entre el misionero y los oyentes, posible en la medida
en que uno y otros entran en comunión, por Cristo, con el Padre”. (RM 44)
“La fe nace del anuncio, y toda comunidad eclesial tiene su origen y vida en la respuesta de cada fiel a este
anuncio”. (RM 44)
“El primer anuncio tiene una función central e insustituible, porque introduce «en el misterio del amor de Dios,
quien lo llama a iniciar una comunicación personal con él en Cristo» 73 y abre la vía para la conversión”. (RM 44)
“EL anuncio tiene la prioridad permanente en la misión”. (RM 44)
“La evangelización debe contener siempre una clara proclamación de que en Jesucristo, se ofrece la salvación a
todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios”. (RM 44)
“EL anuncio tiene la prioridad permanente en la misión: la Iglesia no puede substraerse al mandato explícito de
Cristo; no puede privar a los hombres de la «Buena Nueva» de que son amados y salvados por Dios”. (RM 44)
“El misionero está presente y actúa en virtud de un mandato recibido y, aunque se encuentre solo, está unido
por vínculos invisibles, pero profundos, a la actividad evangelizadora de toda la Iglesia”. (RM 44)
“Todas las formas de la actividad misionera están orientadas hacia la proclamación que revela e introduce el
misterio escondido en los siglos y revelado en Cristo, el cual es el centro de la misión y de la vida de la Iglesia ,
como base de toda la evangelización”. (RM 44)
“El entusiasmo por anunciar a Cristo deriva de la convicción de responder a la esperanza”. (RM 45)
“El anuncio está animado por la fe, que suscita entusiasmo y fervor en el misionero”. (RM 45)
“El anuncio de la Palabra de Dios tiende a la conversión cristiana, es decir, a la adhesión plena y sincera a Cristo y
a su Evangelio mediante la fe”. (RM 46)
“La misión ‘ad gentes' tiene este objetivo: fundar comunidades cristianas, hacer crecer las Iglesias hasta su
completa madurez”. (RM 48)
“La acción evangelizadora de la comunidad cristiana, es el signo más claro de madurez en la fe”. (RM 49)
“Sólo haciéndose misionera la comunidad cristiana podrá superar las divisiones y tensiones internas y recobrar
su unidad y su vigor de fe”. (RM 49)
“Cada Iglesia es misionera por naturaleza, es evangelizada y evangelizadora, y la fe siempre debe ser presentada
como un don de Dios para vivirlo en comunidad (familias, parroquias, asociaciones) y para irradiarlo fuera, sea
con el testimonio de vida, sea con la palabra”. (RM 49)
“El diálogo interreligioso forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia”. (RM 55)
“El mejor servicio al hermano es la evangelización, que lo prepara a realizarse como hijo de Dios, lo libera de las
injusticias y lo promueve integralmente”. (RM 58)
“El desarrollo humano auténtico debe echar sus raíces en una evangelización cada vez más profunda”. (RM 58)
4. “La misión de la Iglesia no es actuar directamente en el plano económico, técnico, político o contribuir
materialmente al desarrollo, sino que consiste esencialmente en ofrecer a los pueblos no un «tener más», sino
un «ser más», despertando las conciencias con el Evangelio”. (RM 58)
“La misión ‘ad gentes' se despliega aun hoy día, mayormente, en aquellas regiones del Sur del mundo donde es
más urgente la acción para el desarrollo integral y la liberación de toda opresión”. (RM 58)
“La actividad misionera lleva a los pobres luz y aliento para un verdadero desarrollo". (RM 59)
“La nueva evangelización debe crear en los ricos, entre otras cosas, la conciencia de que ha llegado el momento
de hacerse realmente hermanos de los pobres en la común conversión hacia el «desarrollo integral», abierto al
Absoluto”. (RM 59)
“El amor es y sigue siendo la fuerza de la misión”. (RM 60)
“Son las «obras de caridad» las que atestiguan el espíritu de toda la actividad misionera: El amor, que es y sigue
siendo la fuerza de la misión, y es también «el único criterio según el cual todo debe hacerse y no hacerse,
cambiarse y no cambiarse. Es el principio que debe dirigir toda acción y el fin al que debe tender. Actuando con
caridad o inspirados por la caridad, nada es disconforme y todo es bueno»". (RM 60)
“Damos gracias a los misioneros quienes, con su presencia amorosa y su humilde servicio, trabajan por el
desarrollo integral de la persona y de la sociedad por medio de escuelas, centros sanitarios, leproserías, casas de
asistencia para minusválidos y ancianos, iniciativas para la promoción de la mujer y otras similares”. (RM 60)
“Los pobres son los primeros destinatarios de la misión y su evangelización es por excelencia señal y prueba de
la misión de Jesús”. (RM 60)
CAPITULO VI: RESPONSABLES Y AGENTES DE LA PASTORAL MISIONERA
“La Iglesia es misionera por su propia naturaleza ya que el mandato de Cristo no es algo contingente y externo,
sino que alcanza al corazón mismo de la Iglesia”. (RM 62)
“Me he puesto en marcha por los caminos del mundo «para anunciar el Evangelio, para “confirmar a los
hermanos” en la, fe, para consolar a la Iglesia, para encontrar al hombre”. (RM 63)
“Que los misioneros y misioneras, que han consagrado toda la vida para dar testimonio del Resucitado entre las
gentes, no se dejen atemorizar por dudas, incomprensiones, rechazos, persecuciones. Aviven la gracia de su
carisma específico y emprendan de nuevo con valentía su camino, prefiriendo los lugares más humildes y
difíciles”. (RM 66)
“Entre los laicos que se hacen evangelizadores se encuentran en primera línea los catequistas”. (RM 73)
CAPITULO VII: LA COOPERACION EN LA ACTIVIDAD MISIONERA
“La participación en la misión universal no se reduce, pues, a algunas actividades particulares, sino que es signo
de la madurez de la fe y de una vida cristiana que produce frutos”. (RM 77)
“Miembros de la Iglesia en virtud del bautismo, todos los cristianos son corresponsables de la actividad
misionera. La participación de las comunidades y de cada fiel en este derecho-deber se llama «cooperación
misionera»”. (RM 77)
“La oración debe acompañar el camino de los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por
medio de la gracia divina. San Pablo, en sus Cartas, pide a menudo a los fieles que recen por él, para que pueda
anunciar el Evangelio con confianza y franqueza”. (RM 78)
“El anuncio del Evangelio requiere anunciadores, la mies necesita obreros, la misión se hace, sobre todo, con
hombres y mujeres consagrados de por vida a la obra del Evangelio, dispuestos a ir por todo el mundo para
llevar la salvación”. (RM 79)
“Las misiones no piden solamente ayuda, sino compartir el anuncio y la caridad para con los pobres”. (RM 81)
5. “La Iglesia misionera da lo que recibe; distribuye a los pobres lo que sus hijos más pudientes en recursos
materiales ponen generosamente a su disposición”. (RM 81)
“La actividad misionera ante todo ha de testimoniar y anunciar la salvación en Cristo, fundando las Iglesias
locales que son luego instrumento de liberación en todos los sentidos”. (RM 83)
“Cooperar con las misiones quiere decir no sólo dar, sino también saber recibir”. (RM 85)
CAPITULO VIII: ESPIRITUALIDAD MISIONERA
“El Espíritu los transformará en testigos valientes de Cristo y preclaros anunciadores de su Palabra: será el
Espíritu quien los conducirá por los caminos arduos y nuevos de la misión, siguiendo sus decisiones”. (RM 87)
“La misión sigue siendo difícil y compleja como en el pasado y exige la valentía y la luz del Espíritu”. (RM 87)
“No se puede comprender y vivir la misión si no es con referencia a Cristo, en cuanto enviado a evangelizar”.
(RM 88)
“Precisamente porque es «enviado», el misionero experimenta la presencia consoladora de Cristo, que lo
acompaña en todo momento de su vida. «No tengas miedo... porque yo estoy contigo» (Hech. 18, 9-10). Cristo
lo espera en el corazón de cada hombre”. (RM 88)
“A esto se orienta la espiritualidad del misionero: «Me he hecho débil con los débiles ... Me he hecho todo para
todos, para salvar a toda costa a algunos. Y todo esto lo hago por el Evangelio» (1 Cor 9, 22-23)”. (RM 88)
“Al misionero se le pide renunciarse a sí mismo y a todo lo que tuvo hasta entonces y a hacerse todo para
todos”. (RM 88)
“Nota esencial de la espiritualidad misionera es la comunión íntima con Cristo: no se puede comprender y vivir
la misión si no es con referencia a Cristo, en cuanto enviado a evangelizar”. (RM 88)
“Para poder anunciar a todo hombre que es amado por Dios y que él mismo puede amar, debe dar testimonio
de caridad para con todos, gastando la vida por el prójimo”. (RM 89)
“Sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo del misionero; su preocupación cotidiana”. (RM 89)
“Para todo misionero y toda comunidad la fidelidad a Cristo no puede separarse de la fidelidad a la Iglesia”. (RM
89)
“El misionero es el hombre de la caridad: para poder anunciar a todo hombre que es amado por Dios y que él
mismo puede amar, debe dar testimonio de caridad para con todos, gastando la vida por el prójimo”. (RM 89)
“EL misionero es el «hermano universal»; lleva consigo el espíritu de la Iglesia , su apertura y atención a todos
los pueblos y a todos los hombres, particularmente a los más pequeños y pobres”. (RM 89)
“El misionero supera las fronteras y las divisiones de raza, casta e ideología: es signo del amor de Dios en el
mundo, que es amor sin exclusión ni preferencia”. (RM 89)
“La espiritualidad misionera se caracteriza por la caridad apostólica; la de Cristo que vino «para reunir en uno a
los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11, 52); Cristo, Buen Pastor que conoce sus ovejas, las busca y
ofrece su vida por ellas (Jn 10)”. (RM 89)
“Quien tiene espíritu misionero siente el ardor de Cristo por las almas y ama a la Iglesia , como Cristo”. (RM 89)
“El misionero se mueve a impulsos del «celo por las almas», que se inspira en la caridad misma de Cristo y que
está hecha de atención, ternura, compasión, acogida, disponibilidad, interés por los problemas de la gente”. (RM
89)
“La llamada a la misión deriva de por sí de la llamada a la santidad”. (RM 90)
“La espiritualidad misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad”. (RM 90)
“En un mundo angustiado y oprimido por tantos problemas, que tiende al pesimismo, el anunciador de la
«Buena Nueva» ha de ser un hombre que ha encontrado en Cristo la verdadera esperanza”. (RM 91)
“Los caminos de la misión: pobreza, mansedumbre, aceptación de los sufrimientos y persecuciones, deseo de
justicia y de paz, caridad; es decir, las Bienaventuranzas, practicadas en la vida apostólica (Mt 5, 1-12)”. (RM 91)
6. “El misionero ha de ser un contemplativo en acción”. (RM 91)
“El misionero halla respuesta a los problemas a la luz de la Palabra de Dios y con la oración personal y
comunitaria”. (RM 91)
“El misionero, sino es contemplativo, no puede anunciar a Cristo de modo creíble”. (RM 91)
“El misionero es un testigo de la experiencia de Dios y debe poder decir como los Apóstoles: «Lo que
contemplamos... acerca de la Palabra de vida..., os lo anunciamos» (1 Jn 1, 1-3)”. (RM 91)
“El misionero es el hombre de las Bienaventuranzas”. (RM 91)
“Viviendo las Bienaventuranzas el misionero experimenta y demuestra concretamente que el Reino de Dios ya
ha venido y que él lo ha acogido”. (RM 91)
“La característica de toda vida misionera auténtica es la alegría interior, que viene de la fe”. (RM 91)
“En un mundo angustiado y oprimido por tantos problemas, que tiende al pesimismo, el anunciador de la
«Buena Nueva» ha de ser un hombre que ha encontrado en Cristo la verdadera esperanza”. (RM 91)