El documento analiza las fuentes de financiamiento de la República durante la Guerra Civil Española, destacando el uso del oro del Banco de España y la confiscación de bienes de particulares. A pesar de la creencia generalizada de que faltó financiación, se argumenta que la República tenía recursos significativos, incluyendo incautaciones masivas de oro y valores. Al final de la guerra, se recuperaron activos que demostrarían que la República disponía de una considerable capacidad financiera, incluso en los momentos críticos de la contienda.