1. [Cuento] Gemocosmogonía del Bien y del Mal
El profesor llevaba una eternidad escribiendo símbolos cabalísticos en la pizarra, o así se lo parecía
a sus alumnos. No paraba de hablar y de escribir a la vez, y sus palabras, por muy certeras que
fueran, sumían las almas de sus alumnos en más de un dulce letargo.
"Así ocurre que cuando estiramos o presionamos en un punto, estamos forzándolo, y el punto
responderá de acuerdo a la naturaleza de su ser. Pero también de acuerdo a nuestro ser. Supongo que
ya se lo dijeron el primer día que se pasaron por aquí, pero hasta el mero hecho de observar es una
acción en sí misma, y no es necesario recordarles que toda acción lleva consigo una reacción, o
como les dirían en otra clase, el pecado suele llevar consigo su propia penitencia".
La alusión apenas consiguió que algún alumno esbozase un amago de sonrisa.
"La respuesta del punto vendrá dada, entonces, por épsilon sub... super..., de acuerdo con la
ecuación de..."
Y así durante una eternidad, simplemente para saber que las gemas, las piedras preciosas suelen ser
duras y resistentes.
Pero alguno de los alumnos sufrió un cierto sobresalto en otra clase de similarmente aburrida
eternidad. Lo que avanzaba este otro profesor era algo así como:
"Así ocurre que cuando sucede cualquier evento en nuestra línea de universo, cerca de algo, lo que
sea, desde un cúmulo de galaxias a un fotón, el universo en cuestión resulta forzado, también con su
mera existencia, y lo que ocurra estará de acuerdo con la naturaleza de sus protagonistas. Pero
también de acuerdo a nuestro ser. Supongo que ya se lo dijeron el primer día que se pasaron por
aquí, pero hasta el mero hecho de observar es una acción en sí misma. La respuesta de ese universo
vendrá dada, entonces, por T sub... super..., de acuerdo a ..."
Quizás sin reparar en que estaba realizando una acción, un alumno se alzó:
-¿Por qué?
- ¿Perdón? Especifique su pregunta.
- Que por qué el discurso de usted es como el de su compañero de gemología.
- Veo que alguno no acude a todas las clases.
Si eso hubiera sido posible, el alumno se habría sonrojado. Sólo hubo un ligero momento de espera
hasta que el profesor dejó sus ecuaciones de la pizarra y sentándose displicentemente en la mesa
-imaginémoslo así- se dirigió al díscolo discípulo, así como al resto, que atisbaban algo interesante
por fin y se veían dispuestos a presenciarlo.
- Mi estimado, quizás no llevas demasiado tiempo en esta academia, pero recuerda el nombre de la
misma: Academia de todo lo que existe. Así dicho, podríais pensar que nunca llegaríais a conocer
todo lo que hay. Salvando que eso es algo que no necesitáis para lograr vuestros objetivos, sí hay
algo que podéis y debéis saber: todo lo hecho se ha hecho de acuerdo a los principios de la belleza,
la simplicidad y el amor. Algunos seres sensibles, deliciosas criaturas, lo han adivinado de forma
parcial en cada universo. Los enamorados, los artistas y los científicos. Claro que el Conocimiento
no corre peligro, porque cada ser sensible anda confundido por su vida, llamando de mil formas
2. diferentes a esas tres realidades. Precisamente esa confusión de sus almas al tocar su realidad es el
motivo de vuestra existencia. Cuando creen en vosotros piensan que sois primera creación, hecha
para protegerles, etc., y no adivinan que no existiríais si ellos recordasen el camino para venir aquí.
Sois ángeles, enviados, mensajeros, y no contáis con el don de la ubicuidad. Deberéis saber
desplazaros de un universo a otro, ¿y no sabéis lo esencial?
"Cada universo es una joya, una gema hecha por... {algo ininteligible aquí}. ¿Por qué usar leyes diferentes
para la creación de la gema y para el universo que es, que contiene? Dentro de cada gema también
la fuerza que lo impulsa todo es el amor, el deseo de unidad, la atracción de los diferentes, de los
iguales, la atracción egoísta por ocupar el mimo punto, la misma configuración que para los átomos
se llama gravedad y para los seres sensibles que sólo en esas gemas pueden vivir, se llama amor".
"Pero nada de esto tiene importancia. Sólo son leyes físicas, dichas con un lenguaje que os sirve
ahora, pero que no importará nada cuando estéis en un universo concreto, llevando a cabo una
misión encomendada. Porque no sois materia ni energía, pero podréis influir en las mismas por
medio y para las almas de los seres sensibles. Amad cada universo que conozcáis, y amaréis a sus
criaturas. Amadlas, y vuestra misión principal, que esas almas amen, se verá completada. Y así esos
seres podrán llegar hasta aquí, a este Paraíso de los infinitos posibles, el Paraíso del saber, y realizar
por fin la pregunta que tú has hecho y que te permite licenciarte y volver, esta vez como ángel,
como facilitador, quizás como mero pensamiento o como simple recuerdo, tal vez en forma de
sensación de dèjá vu en el verdadero ciclo que no tiene fin".
*****
[Alma pura] Lo conseguiste.
- Allá va.
¿Cree?
- Es pura fé.
...
Yo sólo quería Belleza concentrada...
- Las leyes físicas generan Vida.
Y la Vida, Inteligencia...
- No: Sensibilidad, Consciencia,...
Y ellas Dolor...
- Por eso te llaman Mal, y a mí, ...
Pero sigues manteniendo el pacto...
- Porque mi fé es infinita.
Ninguno puede ganar.
3. - Tu error fue generar infinitas gemas.
*****
Y del diálogo sin fin en el para-universo de todos los paraísos posibles asociados
a los universos concretados en belleza por el Mal, entre el Mal y el Profesor,
infinitos multiversos, incontables hasta para un Cantor,
bellos y simples como le gustaban a Einstein, enormes hasta para un explorador eterno que siguiese
a Gödel,
salen las ideas de los seres sensibles, incluso las que algunos vuelcan en relatos...
*****
Y se hizo la Luz... La Energía... La Materia... El Momento. Y aquella nueva gema, con lo esencial
de su propia Física, con sus Newtons, Einsteins o Penroses, generó su propio universo viviente, con
sus propios santos y demonios, y los engranajes de una nueva lucha comenzaron a fraguarse, en un
infinito de orden infinito, de topología quizás abierta, o, lo más seguro, hiperbólica, pero incapaz
de evitar que alguien escribiese algo como esto, como había ocurrido ya infinitas veces, y como
volvería a suceder otras tantas, o infinitas más,...