Durante los siglos XIII y XV hubo un gran comercio entre Oriente y Occidente a través de la Ruta de la Seda, donde los mercaderes europeos viajaban por el Mediterráneo, el canal de Suez, el mar Rojo y el mar Arábigo para intercambiar bienes con la India y China a cambio de seda, especias y perfumes. Exploradores como Marco Polo conocieron rutas terrestres a través del mar Negro y Asia Central, pero los viajes enfrentaban obstáculos de bandidos. Más tarde, la caída de Constant