Este documento presenta la historia de Darío del Campo, un niño que vive en una vereda rural de Colombia. Describe la vida sencilla de Darío, quien no tiene acceso a muchas de las comodidades urbanas que otros niños sí tienen. Sin embargo, Darío es feliz en su escuela rural, que es como una segunda casa para él, a pesar de que los computadores fueron robados. Acompañar el aprendizaje de Darío representa un desafío, ya que su situación de vida rural no se ajusta a los manuales y estándares pedagógic
True Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdf
Historia dario del campo ,
1. Darío del campo
Una narrativa basada en las narrativas de los niños de la
escuela
2. Después de tres años ante la comisión
nacional del servicio civil por fin se llega el tan
anhelado momento de conocer la escuela de mi
Colombia que me sería asignada. El 17 de julio
en la mañana sería mi última clase con los
niños de la escuela San Luis. Dejar una escuela
nunca es fácil, treinta y ocho caritas que me
acompañaron los últimos años seguirán
creciendo y el profe debe seguir para continuar
con otros procesos en otra escuela. En medio
del sentimiento de nostalgia aparece la
pregunta cómo ¿serán los otros niños? ¿Allí
también estará Jesús entre nosotros? ¿María?
¿Y un Cristian? ¿Qué niños nos acompañarán?
¿Habrá un Darío?
3. Ahora mi expectativa está en la vereda El Narciso, años
atrás muchos dejaron la vereda por la violencia Ana de
preescolar viene huyendo de las comunas en Medellín y
de una familia disfuncional. Marina toda una
institución en la vereda ahora hace las veces de mamá
una práctica común por acá. La señora es toda una
matrona; cuida de la vereda y en especial de la escuela
como si fuese la única razón de su existencia. Pienso en
la oportunidad única de conocer esa otra Colombia. De
compartir experiencias con esos otros niños que en vez
de zapatillas lustradas o tenis blancos, a fuerza de las
inclemencias del clima y lo propio de la montaña,
calzan botas plásticas y visten de sudadera. Yo miro mis
zapatos echados a perder por el agua y el barro y me
imagino con unas botas pantaneras como los niños.
4. -“ Profe, ¿cómo así? Si usted es el nuevo profesor”.
-¿Qué?
- “Usted pregunto que quién era, nosotros le estamos
contestando: usted es el nuevo profesor”.
En una cosa no me equivoqué: la palabra de los niños es palabra
inaugural; sabias palabras que ya me estaban enseñando.
Contexto, realidad y, sobre todo, a saber hacer una pregunta. Por
ello, este diario pedagógico está escrito así. Por esa razón
empieza así para dar un contexto. Considerando dar crédito al
entorno, al medio, a las circunstancias. Si uno no respeta, si no
tiene en cuenta al interlocutor, al otro al niño, cualquier intento
pedagógico será solo un pretexto para justificar el ejercicio de la
educación. El cual debe adecuar conocimientos, entornos y
prácticas a los niños .pretender adecuar el niño a patrones que
desconocen las diferencias implica una imposición.
5. Darío del Campo es el niño de esa otra Colombia. Darío
del Campo no va al Colombo, no tiene clases de
natación, nunca ha ido a un cine, no sabe qué es un
circo ,no conoce el parque Explora, ni el parque Norte,
tampoco la capital de la Montaña con su transporte
masivo y sus lucecitas en Junín, ni el Atanasio; no
conoce un parque de diversiones; no compra su ropa en
almacenes de cadena y menos en centros comerciales;
no tiene dónde montar bicicleta y menos tiene una, no
tiene unos patines; no conoce el mar, no tiene
vacaciones y su papá no puede enseñarle a leer. Darío
del Campo tiene: la montaña, el rio, las bestias,
mariposas azules, amarillas de todos los colores y hasta
una con unos números. También tiene naranjas,
aguacates, gurupas, bananos, guayabas y piedras de
todos los tamaños.
6. A la escuela de Darío se le robaron los computadores; sin
embargo, a Darío le gusta la Escuela y dice que es muy feliz
porque en la escuela hay juguetes y amigos y una torta el día
de su cumpleaños y unas fotos suyas en la pared. Acompañar
el proceso pedagógico de Darío es todo un reto porque la
escuela es la segunda casa del niño, porque la escuela es el
mundo de Darío, el niño no es solo una cifra más en el
Sistema de Matricula Su circunstancia no está en los
manuales y ninguna imagen de las cartillas se parece a Darío
o a su hábitat. El niño escapa a la literatura de los grandes
pedagogos; es difícil de rotular en los perfiles o estándares
convencionales. Darío del campo es mucho más que un
nombre en el Diario de Campo.