Las memorias USB se crearon en 1996 cuando varias empresas tecnológicas se unieron para desarrollar el estándar USB. La primera unidad USB de flash fue fabricada por M-Systems en 2000 y promocionada como un reemplazo para los disquetes, con capacidades más de 5 veces mayores. Las memorias USB modernas usan USB 3.0 y pueden almacenar hasta 256 mb, 1024 veces más que los primeros diseños. Permiten transferir archivos fácilmente entre dispositivos.