Un monitor relata una noche en la que un participante de un campamento, J.F., sufrió una crisis epiléptica al faltarle su medicación antiepiléptica. J.F. fue llevado al hospital donde le hicieron pruebas. Mientras esperaban los resultados, los monitores pasaron el tiempo hablando y leyendo anuncios clasificados, lo que les hizo pasar un rato divertido. Al final, el médico dio el alta a J.F. y recomendó vigilarle y no darle objetos punzantes o dejarle
Eduardo Gonzales Hernández, estudiante de Psicología en la Universidad “Alas Peruanas”, quien elabora el presente perfil psicológico en correspondencia a la asignatura de Literatura, asesorado por David Auris Villegas. Perú - 2016.
Eduardo Gonzales Hernández, estudiante de Psicología en la Universidad “Alas Peruanas”, quien elabora el presente perfil psicológico en correspondencia a la asignatura de Literatura, asesorado por David Auris Villegas. Perú - 2016.
tiene sentido discriminar a las personas con VIH? - esta historia te ayudara a entender que muy lejos de ser una ayuda, es un problema social que empeora cada vez mas la situacion.
Di NO a la discriminacion y unete a la lucha contra el SIDA
Eduardo Gonzales Hernández, estudiante de Psicología en la Universidad “Alas Peruanas”, quien elabora el presente perfil psicológico en correspondencia a la asignatura de Literatura, asesorado por David Auris Villegas. Perú - 2016.
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...LuisJoelCortez
Antología zombie con relatos de:
12 horas: Infección - Autor: José García Montón
Noche Vieja Zombi - Paqui García
Folle con Ella - Franco DiMerda
Declaración - Santiago Sánchez Pérez
Aztlan - Jesús Valenzuela
El fin (Segundos) - Luis Joel Cortez
Cristina Z - Josefa González Cuesta
Coordinado por Luis Joel Cortez.
Una edición EATER.
Siete relatos nos son presentados como previo de la I Antología Hispano-Parlante del Apocalipsis Zombie que se espera este a la venta el año próximo Siete relatos llenos de historias no tan comunes. Primero Korvec con su magistral uso de la palabra para narrarnos a un protagonista atormentado dando una declaración de su lucha en la guerra contra los muertos vivientes. José García quien nos narra el inicio del apocalipsis dentro de un hospital ¿Cual sera la causa? ¿Como habrá iniciado todo esto? ¿Es esto un sueño, una premonición o la realidad?
También esta la macabra historia de Mary, quien es devorada por su padre en presencia de su mejor amiga Sam, quien tiene que huir por la ciudad para sobrevivir al fin, sin embargo nunca imagino encontrarse a mas gente con las mismas características de "papá", y tampoco supuso que alguien estaba planeando, de cierto modo, todo esto, mismo que vigila gran parte de la ciudad para poder llevar a cabo su malévolo plan, todo narrado por el más joven de todos los escritores aquí: Luis Joel Cortez.
Ademas de relatos de Jesus Valenzuela, un gran homenaje a Max Brooks y los imprescindibles relatos de Paqui García, un centro de llamadas de emergencias trabajando en noche buena cuando comienzan a recibir extrañas llamadas, hasta el punto que las llamadas se convierten en golpes en las puertas del recinto donde los paramedicos tienen que refugiarse para sobrevivir al fin del año y de los tiempos. Josefa Gonzalez. después de derrotar al virus, nos presentan la manera en que Cristina encontró la cura causante del desastre y el levantamiento de los muertos.
Por ultimo y como el humor no puede faltar, Franco DiMerda nos presenta una España en guerra contra los levantados, donde nuestro protagonista se encuentra con nada mas y nada menos que Marta Sánchez en su relato nombrado "Folle Con Ella" ¿Mas pistas de lo que habla el relato?
Entra en este mundo apocalíptico lleno de historias de autores Españoles, Peruanos y Mexicanos. EL fin, literalmente, del mundo se encuentra aquí. Cada rincón del planeta sufriendo por una raza incansable, la humanidad esta ya perdida, los muertos son insaciables, incansables pero sobre todo... Son demasiados.
Ésta es la historia de una mujer que narra detalladamente todas sus percepciones durante el cuidado que se le brindó en su primer parto y los traumas que le quedaron como secuela....leamosla y luego reflexionemos!!!
Queridos Amigos,
La Jardinera nos regala este profundo Mensaje ¿qué haces con tus manos: ayudas, compartes vida? son solo ¡5 minutos! para romper la rutina y dar la mano a otro ser humano.
Envíale tus reflexiones a casatemplaria2007@gmail.com estará feliz de recibirlas.
Pequeño dossier de educación ambiental para un curso de monitores en la asociación QCN. Incluye recomendaciones sobre como realizar rutas con grupos, una introducción al manejo de brújulas y varios juegos y dinámicas.
1. Como en cualquier tipo de evento que se organice, siempre hay situaciones que son totalmente
imprevisibles para las que hay que estar preparado para tomar medidas. Una de estas situaciones,
en el caso de los campamentos con personas con discapacidad es la falta de medicación para uno
de los chavales y otra es accidentes o situaciones que deriven en visitas al hospital. Hay veces
que una va seguida de la otra.
J.F. es un chico de unos 30 años, bastante espabilado, delgadito y con la cabeza algo grande en
comparación con su cuerpo (este dato será relevante dentro de poco). A parte de su discapacidad
intelectual, que es leve, tiene epilepsia, esta nada leve. J.F. y lo digo con todo el cariño del
mundo, es un pequeño cabroncete de esos que hacen que lo quieras más cuanto más te vacila.
Para que os hagáis una idea de las putaditas que puede llegar a hacer, una de sus especialidades
es fingir crisis epilépticas.
Bien, pues en este campamento J.F. fue el protagonista de una historia que empezó siendo un
susto muy gordo y terminó siendo bastante divertida. En los campamentos que son en hoteles,
como era el caso, los monitores la primera noche, una vez se han acostado los chavales, preparan
la medicación de toda la semana metiéndola en unos pastilleros, de esta forma nos aseguramos
de darnos cuenta desde un primer momento si hay algún problema con las medicaciones.
Es algo que no debería pasar, pero es hasta cierto punto comprensible. Muchas veces, de hecho
en casi todos los campamentos largos, hay algún chaval al que la medicación que le han
mandado no le llega para toda la semana. En sus casas o residencias se equivocan al contar las
pastillas y las tomas y no llegan para el campamento. Esto en realidad, suele ser un poco
engorroso pero no un problema importante, ya que al darnos cuenta desde un principio, da
tiempo a que nos manden la receta del medicamento por mensajería y poder ir a comprarlo a una
farmacia, recuerdo que estamos hablando en muchos casos, de medicaciones como
antidepresivos, antipsicóticos, antiepilépticos, tranquilizantes, pastillas para la tensión, etc.
Sin embargo de vez en cuando ocurre que falta mucha medicación y no da tiempo a obtenerla
antes de que nos lleguen las recetas y este tipo de pastillas no te las dan en las farmacias sin la
receta. Si esto ocurre se intenta conseguir tiempo buscando si hay otros chavales en el
campamento con la misma medicación, en la mayoría de los casos hay y se puede solucionar sin
más problema, pero hay ocasiones en las que se alinean los planetas y no hay forma de conseguir
la medicación y el chaval puede quedar sin una toma o dos.
Y esta fue una de esas veces que se alinean los planetas, a J.F. le faltó la toma de la cena del
antiepiléptico que tenía pautado. Por si fuera poco los astros quisieron que su monitora ese día se
cogiese unas anginas de esas divertidas que te ponen con 39 y 40 de fiebre.
Yo dormía enfrente de la habitación de J.F. y su monitora y a eso de las 3 de la mañana me
despertaron llamando muy rápido y fuerte a la puerta. Uno se levanta con un susto importante si
le despiertan así, pero si encima abres la puerta y ves a la monitora con 39 de fiebre, pálida y
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2. agotada diciéndote que uno de sus chicos está convulsionando en el suelo pues te asustas todavía
más.
Fuimos rápido a la habitación y le pedí que avisase a las coordinadoras, las llamó por teléfono y
vinieron muy rápido, yo mientras me quedé con el chaval haciendo lo poco que se puede hacer
que básicamente es alejar todo lo que esté cerca de él para que no se golpee con nada con lo que
se pueda hacer daño por culpa de las convulsiones.
Al poco rato llegó la ambulancia, la crisis ya se le había pasado, pero como en teoría las tenía
controladas con la medicación, decidieron llevarle al hospital para hacerle algunas pruebas. En
estos casos, como responsable del campamento es el jefe de campamento el que va al hospital
con el monitor de éste último, pero la pobre monitora de J.F. no estaba en su mejor momento
asique me dijeron que si me importaba ir yo para allá. Me puse rápidamente, mientras bajaban a
J.F. a la ambulancia, algo más decente que el pijama y por ser una circunstancia especial nos
dejaron ir con él tanto a Vane (la jefa de campamento) como a mí.
El susto grande ya se nos había pasado, porque nos dijeron que le llevaban al hospital para
hacerle un chequeo pero que J.F. estaba bien y que solo era por precaución.
Llegamos al hospital y empezaron a hacerle pruebas, para los análisis de orina pasé yo con J.F. al
baño para asegurarme de que atinaba a hacer pis en el bote. He de decir, que pese a que la gente
del hospital fue muy amable ocurrieron algunas cosillas curiosas. Siempre que hay que ir con un
chaval al hospital llevamos toda su documentación, la ficha con sus características y el último
informe médico que tenga para entregárselo a los médicos, bien, pues después de hacer esto y ver
que J.F. según informe tenía una la cabeza algo más grande de lo normal como consecuencia de
su discapacidad, uno de los médicos nos preguntó, literalmente, "¿y a este chico que le pasa en la
cabeza?". Sinceramente no supimos qué responder.
Cuando ya le habían hecho todas las pruebas, metieron a J.F. en una habitación con una cama y
nos dejaron pasar a Vane y a mí con él. Nos esperaban unas 5 horas de espera sin absolutamente
nada que hacer asique nos dedicamos a hablar y como sucede en muchos casos a desvariar. El
primer desvarío fue ocurrírsenos cosas que haberle contestado al médico tipo: "es que se aguantó
un estornudo y fíjese como ha quedado" o "es que un día aspiró muy fuerte al respirar". Después
de esto llegó lo que marcaría la noche como algo mítico, me fui a por algo de beber a las
máquinas y a ver si había alguna revista o algo que leer para entretenernos, lo único que encontré
fue un librito con anuncios de la zona en el que había una sección enorme de anuncios de
contactos de todo tipo y para todos los gustos y vicios. A las 5 de la mañana en un hospital,
sentados en el suelo y sin dormir no os podéis imaginar el juego que un hallazgo así puede dar.
Nos pasamos las siguientes horas analizando todos los anuncios de contactos y os puedo asegurar
que hay gente muy extraña por ahí suelta. También fueron muy divertidos los anuncios de
compra venta de objetos, hace ya mucho, pero creo recordar que había alguien que vendía un
sofá roto y otro que regalaba una columna de piedra.
A eso de las 9 de la mañana vino el médico a darnos los resultados de las pruebas y el alta para
J.F. al cual poco antes, le habían llevado algo de desayunar. Él se levantó súper lozano y
vigoroso ya que había dormido a pierna suelta todo el tiempo que estuvo en el hospital,
aprovechamos para vacilarle un poquillo y decirle que el desayuno lo tenía que pagar y que fuese
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3. a pedir la factura, la chica que estaba en la recepción le dijo muy amablemente que como se
había portado muy bien y era muy majo que por esta vez le invitaban.
Sin embargo aún quedaba la guinda del pastel. El médico que nos había preguntado lo de la
cabeza, vino otra vez para darnos las últimas recomendaciones. Nos dijo que estaba todo bien y
pero que le vigilásemos los siguientes días por si notábamos algo raro. Pero la mejor
recomendación fue: "No le deis objetos punzantes ni cortantes y no le dejéis andar cerca de
precipicios". Igual no os lo creéis pero os juro que fue así. De nuevo no supimos que decir, pero
tanto Vane como yo, lo que pensamos fue: claro lo primero que vamos a hacer en cuanto
lleguemos al hotel va a ser coger un hacha, dársela a J.F. y llevárnoslo de paseo por los
acantilados del pueblo.
Con esto y un bizcocho nos cogimos un taxi y volvimos al hotel, a mí me dieron el día libre hasta
después de la siesta y dormí como un auténtico tronco.
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