1. El Origen del Minimalismo
El minimalismo surge a finales de la década del 60 en Nueva York, pero sus
orígenes están anclados en Europa, en las primeras ideas del arquitecto
alemán Ludwig Mies Van Der Rohe, uno de los arquitectos más importantes de
este siglo.
Ludwig Mies Van Der Rohe elabora sus ideas acerca de la pureza de las formas
(precursoras del minimalismo) durante el ejercicio de su cargo en la dirección
de la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, en Alemania, a finales de los
años 30. Poco tiempo después, y debido al proceso de la segunda guerra
mundial, emigra a Estados Unidos, país donde ya era conocido como arquitecto
y diseñador influyente, y se nacionaliza estadounidense.
Entrado los años 60 participa en Nueva York del movimiento del arte mínimo y
geométrico en las artes visuales. Aunque no fue el único que intervino, su
versión del racionalismo y posteriormente del funcionalismo, se han convertido
en modelos para el resto de los profesionales de su siglo. Su influencia se
podría resumir en una frase que él mismo dictó y que se ha convertido en el
lema de la arquitectura de vanguardia de la primera mitad del Siglo XX:
"menos es más".
A lo largo de su vida profesional luchó por conseguir una arquitectura de
carácter universal y simple, que fuese honesta en el empleo de los materiales y
en las estructuras. Su obra se destaca por la composición rígidamente
geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, pero su poética
radica en la sutil maestría de las proporciones y en la elegancia exquisita de los
materiales (en ocasiones empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado,
bronce o maderas nobles), rematados siempre con gran precisión en los
detalles.
Ya en la década del 70, el minimalismo alcanza su madurez como una forma de
reacción a los estilos recargados de la época (principalmente el pop art) y la
saturación comunicacional dentro del universo estético. Esto influenció no sólo
en la decoración y la arquitectura, sino también en la pintura, la moda y la
música.
2. Las características del Minimalismo
El minimalismo se caracteriza por la extrema simplicidad de sus formas, líneas puras, espacios
despejados y colores neutros, en un ambiente con equilibrio y armonía.
Ante todo se privilegian los espacios amplios, preferentemente altos, y libres. Un entorno armónico
funcional, fuera del concepto de exceso, saturación y contaminación visual. Se evita también la
cacofonía, la repetición y cualquier tipo de redundancia visual. Se podría considerar un
"antibarroquismo" estético. Todo debe ser suavidad, serenidad y orden, nada de elementos superfluos
y barrocos, de excesos ni estridencias, muchas veces ajenos al mundo exterior. Sobriedad sin
ornamentación.
En síntesis, la filosofía del minimalismo persigue construir cada
espacio con el mínimo número de elementos posibles, de forma que se elimine o evite todo cuanto
pueda resultar accesorio.
En el minimalismo todos los elementos deben combinar y formar una unidad, priorizando el todo sobre
las partes. El espacio en sí es de gran importancia, nunca "eclipsado" por los elementos decorativos.
En este contexto, se da una clara primacía a las líneas puras y bajas, casi a ras de suelo, con
monocromía absoluta en techos, pisos y paredes, complementándose con los muebles.
Colores
Una de sus principales características del minimalismo es el uso de colores puros, con superficies o
fondos monocromáticos, de tonos suaves predominando el blanco y el crudo. También se incorporan
los tostados o el negro con sutiles toques de color para acentuar detalles y accesorios. Cuando
pensamos en el blanco hay que saber, sin olvidar, que el blanco es un color con una amplia gama de
variaciones tonales capaces de multiplicar la luminosidad.
El contraste lo aportan algunos detalles ornamentales de los que, en ningún caso, hay que abusar. El
detalle de color, tal vez un rojo o pistacho, puede estar dado por una alfombra, un almohadón, o algún
objeto único.
3. Materiales
Los materiales son otro de los puntos claves del minimalismo. En la ambientación minimalista se
utiliza la madera, tanto en pisos como en muebles, y los materiales rústicos: cemento alisado, vidrio,
alambre de acero, venecita y piedras, principalmente en estado natural, mínimamente manipulados.
Textiles
Las telas que se utilicen en la decoración minimalista deben evitar lo agresivo y barroco, aportando
frescura e invitando a la relajación. Se deben dejar afuera las telas estampadas y floreadas, optando
por la austeridad de los lisos. Se prefieren las telas rústicas en color marfil, texturas como el lino o
lonetas. Cortinas, almohadones y tapizados tendrán que obedecer a una unidad y un equilibrio.
Las cortinas, cuando existen, deben ser blancas, de líneas rectas y simples; romanas o roller. Aunque
se pueden prescindir tranquilamente de ellas.
Muebles
Los muebles toman el concepto propio del minimalismo de simpleza y funcionalidad; menos es más.
La austeridad en el diseño y en la cantidad de muebles, son básicos en la decoración minimalista. No
siempre existen muebles fijos. Muchas veces se esconden o guardan en muebles o estanterías. Los
muebles modernos y orientales van muy bien con este tipo de decoración.
Paredes
En las paredes se trata de evitar todo adorno que esté de más, aunque se puede utilizar algún cuadro
destacado en presencia o importancia. Un cuadro de autor es un buen recurso. Paredes lisas de
colores claros o revestidas con piedra, cómo único elemento de decoración.
Algunos detalles e ideas a tener en cuenta
El minimalismo va muy bien con edificaciones de arquitectura moderna, aunque también puede
aplicarse a construcciones antiguas siempre que no sean rústicas.
4. El minimalismo permite la mayoría de variaciones hacia el
zen y el orientalismo. El uso de muebles u objetos de estilo oriental son perfectos para acercarse a
ambientes más eclécticos.
El minimalismo utiliza ambientes monocromáticos. Una ruptura en el minimalismo puede estar dada
por pintar una pared en un tono más subido que el resto de la ambientación, aunque no permite
cambios tan osados como colores brillantes o muy alejados de los neutros (marrones, beiges,
tostados).
Los espacios altos, tipo loft, con una segunda planta a la vista o entrepiso, combinan muy bien con el
concepto minimalista.
Tenga en cuenta que el minimalismo va muy bien con las personas ordenadas, ofreciendo un orden
estético que se apoya en la no acumulación de objetos innecesarios que perturben su visión. Por eso
se dice que el minimalismo no está pensado para gente desordenada.
El minimalismo en la arquitectura e interiorismo
Arquitectura minimalista
El minimalismo como estilo arquitectónico ha sido definido e interpretado de múltiples maneras:
como una herencia de la arquitectura cisterciense, como una lectura de la tradición japonesa y
sobre todo como evolución del movimiento artístico de los años 60.
Pese a esta mezcla de orígenes, el minimalismo se materializa en una arquitectura sencilla,
austera y donde predominan los ángulos rectos y el color blanco, reduciendo la arquitectura a
conceptos básicos de espacio, luz y masa.
5. Con Nueva York como su gran referente mundial, la arquitectura minimalista se expande con
gran rapidez, gracias a la simpleza de sus lineas.
El mejor ejemplo es el Edificio Seagram, de Mies van der Rohe. Figuras prismáticas puras,
superficies acristaladas, siluetas de contorno duro y una impresionante presencia en un paisaje
urbano. Todo un edificio minimalista.
Edificio Seagram, de Mies van der Rohe
Como ocurre en el mobiliario, los materiales más utilizados son el vidrio, la piedra y la madera,
todos ellos naturales, combinados en composiciones de lineas rectas y racionales.
Una gran característica de este tipo de arquitectura es la utilización recurrente de piezas
prefabricadas tanto en la fachada como en el interior de los edificios, que ayudan a que la
6. configuración del espacio se resuelva de manera clara y sencilla.
La austeridad se palpa por todas partes: en las fachadas sobresalen las líneas rectas y bloques de
formas puras, que tienden a la monocromía en tonos suaves, y siempre creando contrastes de
materiales y texturas diferentes.
Pese a lo que pueda parecer, la arquitectura minimalista no es fría, es humana, puesto que
apuesta por la naturaleza y otorga el protagonismo a la luz.
El minimalismo es la tendencia de reducir a lo esencial, sin elementos decorativos sobrantes,
para sobresalir por su geometria y su simpleza. Es la recta, las transparencias, las texturas, es la
funcionalidad y la espacialidad, es la luz y el entorno.
Mobiliario minimalista
7. El minimalismo es un estilo tan fácil i sencillo, que todo el mundo lo utiliza casi sin darse cuenta.
Por ejemplo, IKEA es minimalista. Sí, es minimalista. Si nos hubiesen preguntado cómo
definiríamos su estilo, hubiésemos dicho que es “simple”, “práctico”, “moderno”, “básico”.
Pues bien, esto exactamente es el minimalismo. La gran máxima “menos es más” no significa otra
cosa: líneas rectas y definidas, formas geométricas, colores neutros, utilización de módulos,…
En el diseño de interiores el estilo
minimalista no busca rellenar el espacio, sino preservarlo. Es muy importante, pues, el orden y la
organización del espacio, así como de los accesorios y mobiliarios.
El mobiliario minimalista suele utilizar materiales rústicos: madera, cemento alisado, vidrio,
alambre de acero, piedra natural,…, siempre combinados concolores neutros como el beige, el
blanco o el gris, junto con degradaciones de la misma tonalidad y toques de colores vivos u
oscuros para acentuar detalles.
8. Sus líneas deben ser simples, ya sean
rectas o curvas, sin recovecos y superficies irregulares. Predominan las formas geométricas puras
y estilizadas, colocadas en simetría.
Pero lo más importante de todo es que el mobiliario minimalista cumpla con su función y utilidad.
Debe ser un mueble práctico y cómodo, que nos permita disfrutarlo al máximo.
Un buen complemento para este tipo de mobiliario son los espejos, las flores en un jarrón,
algunas frutas en un frutero, alfombras y cojines de telas lisas, siguiendo las líneas del estilo
minimalista.
9. El minimalismo es una tendencia que busca utilizar la cantidad mínima de elementos para
transmitir lo máximo posible, es reducir todo a lo esencial. Se utiliza el minimalismo para las artes,
10. el diseño y la arquitectura. Se podría llegar a la conclusión que el minimalismo es el último paso
después del racionalismo arquitectónico (utilizan ambos las formas perfectas y el color blanco) y es
difícil trazar la línea divisoria entre los dos estilos. La arquitectura minimalista se expande en los
años 90 pues se busca sencillez en las fachadas y se utiliza la menor cantidad de muebles. Una de
las características del minimalismo es el uso del color blanco en casi todos los elementos; paredes,
muebles, pisos, etc. El minimalismo fue el estilo elegido en los 90 por tiendas como Armani y Calvin
Klein para resaltar su elegancia y su vanguardia en el ámbito de la moda. Algunos arquitectos
minimalistas son Donal Jubb, Francois de Menil, Tadao Ando, y el arquitecto español Alberto
Campo Baeza. Algunos de estos como Francois de Menil trabajaron junto a diseñadores de modas
en la tendencia minimalista. La arquitectura minimalista debe ser acompañada de un diseño de
interiores acorde; amplificar los espacios sacando los elementos de relleno y utilizar las formas
racionales. La siguiente imagen muestra como sería una sala minimalista, se observa la
preponderancia del blanco y la cantidad mínima de elementos. La tendencia minimalista también
se puede llevar a cabo en jardines y espacios públicos. Existen obras plásticas relacionadas con el
minimalismo como las de Mondrian del neoplasticismo que utiliza la abstracción geométrica al
máximo, los colores primarios y el negro y blanco. El minimalismo en la arquitectura es símbolo de
vanguardia y estilo son por esas razones que es común ver obras de arquitectura minimalistas
hechas para galerías de arte, hoteles vanguardistas y hogares de artistas y arquitectos.
Fuente: http://www.arqhys.com/minimalismo-arquitectonico.html
El minimalismo es una tendencia que busca utilizar la cantidad mínima de elementos para
transmitir lo máximo posible, es reducir todo a lo esencial. Se utiliza el minimalismo para las artes,
el diseño y la arquitectura. Se podría llegar a la conclusión que el minimalismo es el último paso
después del racionalismo arquitectónico (utilizan ambos las formas perfectas y el color blanco) y es
difícil trazar la línea divisoria entre los dos estilos. La arquitectura minimalista se expande en los
años 90 pues se busca sencillez en las fachadas y se utiliza la menor cantidad de muebles. Una de
las características del minimalismo es el uso del color blanco en casi todos los elementos; paredes,
muebles, pisos, etc. El minimalismo fue el estilo elegido en los 90 por tiendas como Armani y Calvin
Klein para resaltar su elegancia y su vanguardia en el ámbito de la moda. Algunos arquitectos
minimalistas son Donal Jubb, Francois de Menil, Tadao Ando, y el arquitecto español Alberto
Campo Baeza. Algunos de estos como Francois de Menil trabajaron junto a diseñadores de modas
en la tendencia minimalista. La arquitectura minimalista debe ser acompañada de un diseño de
interiores acorde; amplificar los espacios sacando los elementos de relleno y utilizar las formas
racionales. La siguiente imagen muestra como sería una sala minimalista, se observa la
preponderancia del blanco y la cantidad mínima de elementos. La tendencia minimalista también
se puede llevar a cabo en jardines y espacios públicos. Existen obras plásticas relacionadas con el
minimalismo como las de Mondrian del neoplasticismo que utiliza la abstracción geométrica al
máximo, los colores primarios y el negro y blanco. El minimalismo en la arquitectura es símbolo de
vanguardia y estilo son por esas razones que es común ver obras de arquitectura minimalistas
hechas para galerías de arte, hoteles vanguardistas y hogares de artistas y arquitectos.
Fuente: http://www.arqhys.com/minimalismo-arquitectonico.html