Este documento resume las experiencias de José Antonio como costalero en Villargordo y Jaén a lo largo de más de 20 años. Comienza portando el Gran Poder en Villargordo a los 16 años, y luego la Virgen de los Dolores. Más tarde conoce a un costalero de la Cofradía de los Estudiantes en Jaén y se une a ellos, aprendiendo nuevos conceptos como la "igualá". Desde entonces ha participado activamente en la cofradía, no solo en la procesión del Lunes Santo sino en numerosas otras actividades a lo
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
II CONVIVENCIA DEL COSTALERO
1. II convivencia del costalero/a
Página 1 de 6
II CONVIVENCIA DEL COSTALERO/A-VILLARGORDO 2017
Buenas tardes, agradecer vuestra presencia a todos y todas, en esta segunda
convivencia de costalero.
Empiezo presentándome, mi nombre es José Antonio, trabajo y vivo en
Villargordo. Y desde que Paco, aquí presente me dejó pasar de ser su “pequeño
ayudante” a costalero, sino recuerdo mal haya por el año 96, con sólo 16 años, hasta
ahora, soy costalero, y si el cuerpo me lo permite, y Dios y nuestra Madre quiere y me
dan fuerzas seguiré siéndolo.
Cuando Paco me pidió que, compartiera mis experiencias como costalero con
todos vosotros, mi primera respuesta fue un No, por dos motivos:
Primero, y como bien saben los que me conocen, tengo una terrible memoria, y soy
muy malo para recordar el pasado.
Segundo, porque llevo varios años de costalero fuera, y pensé que quizás merecía estar
mejor aquí otra persona.
Pero al final, tras meditarlo, pensé que era una buena oportunidad de poder
compartir mis experiencias, y con ellas, ayudar, si es posible, no lo sé, a mejorar en lo
que se pueda.
Primeramente, me gustaría dar mi opinión, sobre lo que pienso que es ser
costalero para mí. Aunque es algo difícil de explicar, si es cierto que lo que tengo claro
es que no es sólo ir debajo de un paso. Es un sentimiento de FE, o quizás una elección
del señor. Pero es verdad, que una vez que lo pruebas y te engancha, forma parte de tu
vida.
En este sentido lo definiría como “compromiso”, muchas personas depende de ti.
“Compañerismo-amistad” se conoce, se convive con mucha gente que se convierte en
más que amigos. “Unidad”, ya que dentro del paso todos tenemos que ser uno. Un
costalero es especial y así ha de sentirse cuando este en las trabajaderas, con humildad,
pero orgulloso de ser los pies de nuestro Señor y de nuestra Bendita Madre.
Como todo niño en Villargordo, al menos en mi caso, por aquel entonces, en los
comienzos de los 90, todo era algo nuevo, como mucho era subir al Viernes Santo bien
temprano a ver a Nuestro Padre Jesús “El Abuelo” a Jaén.
La verdad, que en su momento, ya desde monaguillo, cuando portaba el
incensario cerca de los pasos, soñaba con el momento de ser costalero de alguna de las
cofradías de nuestro pueblo. Cuando Paco se hizo cargo del Gran Poder, me abrió las
puertas a él. Recuerdo pedir permiso a mis padres, para ir a los ensayos con él, y de una
forma u otra le intentaba ayudar. De igual manera, recuerdo que le preguntaba que
cuando me dejaría meterme dentro, y siempre su respuesta era la misma, “cuando
crezcas un poco, ya que puedes hacerte daño”.
2. II convivencia del costalero/a
Página 2 de 6
Como he dicho anteriormente, y creo recordar, tenía 16 años cuando me dio la
oportunidad de portar el Gran Poder. Eran buenos comienzos, grupos de amigos, que
quedaban para ensayar, incluso después de un buen rato de ensayo, siempre sentaba
bien tomarse una cerveza, en mi caso una Cocacola. Y como no, escuchar a nuestro
amigo Tomás Zamorita y sus bromas. Recuerdo a Paco, poniendo en práctica sus
conocimientos, sobre la Semana Santa de Sevilla, y probando pasos diferentes, que aún
se siguen haciendo. Pero llegaba el Jueves Santo y era momento de concentrarse y
hacerlo bien, afrontando una salida de rodillas muy complicada. Ese paseo lleno de
gente, esperando que junto al sonido de cornetas y tambores hiciésemos esos pasos y el
encuentro con la Virgen de la Salud y Esperanza. También hubo momentos solidarios,
como, cuando en esos momentos antes de la precesión, en los que Paco nos daba los
últimos consejos, decidimos todos los costaleros salir descalzos para pedir por “J. P. que
en Paz Descanse”. Pero, no sé por qué, esa cuadrilla de costaleros se fue haciendo
mayor, y por un motivo u otro, fue a menos, llegando el momento que ya no disfrutaba.
Entonces decidí, también por consejo de Paco, hablar con Cristóbal, por aquel
entonces, no recuerdo el año, capataz de la Virgen de los Dolores. La verdad, no fue
fácil hacerme un hueco, ya que era y sigue siendo un cuerpo de costaleros bien
formado. Recuerdo ensayos con mucha gente, incluso gente que vivía fuera, y que
hacía un esfuerzo por asistir. El momento del Viernes Santo, esperando entrar a la iglesia
y ver la cara de nuestra Madre iluminada por la candelaria, tan bonita y a la vez tan triste
de ver a su hijo muerto. La emoción del silencio y una vez dentro del paso, el sonido al
abrirse las puertas, y el sonido sólo de nuestros pasos avanzo hasta la plaza, siempre
llena de gente. La dificultad de la salida, Mariano subiéndose al paso, para quitar la
corona. Las calles, con sus cables tan bajos, que hacían que dentro del paso tuviésemos
que cambiar de posición para poder afrontarlos lo mejor posible sin dañar la cruz, ni la
corona de la Virgen. Y como no, el momento tan emocionante de una vez de vuelta a
su templo, romperse el Silencio con un Viva la Virgen de los Dolores y el sabor del
trabajo bien hecho.
Recuerdo los días posteriores, en los que había que desmontar los pasos, para
llevarlos a las cocheras, momentos en los que en la mayoría de las veces se echaban de
menos a los costaleros.
Pero en fin, como no recordar, las convivencias en ambas cofradías, momentos
de tertulias y risas, que daban supuestamente por finalizado nuestro trabajo.
Pero en esa época en la Virgen de los Dolores, uno de los costaleros y amigo,
José Ramón, me comentaba su experiencia como costalero en una Hermandad de Jaén,
cosa que hizo que poco a poco aumentará mi curiosidad por probar esas nuevas
experiencias.
No quiero continuar, sin nombrar otras vivencias de costalero fuera de la Semana
Santa. Ya hace 4 años aproximadamente que deje de portar sobre mis hombros, a mi
querido Cristo de la Salud. Etapa en la que estuve desde bien joven. Años muy bonitos y
llenos de emoción, con la parada del Cristo frente al cementerio, para con un “al cielo
3. II convivencia del costalero/a
Página 3 de 6
con él” pedir por nuestros seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros. Pero
años en los yo sentía que estaban faltos de lo que yo esperaba de ser costalero. Como
dije anteriormente, no es sólo presentarse el día de la procesión.
Nombrar también, a la Virgen de la Cabeza, que junto a buenos amigos, sigo,
siempre que me lo piden, procesionando por las calles de nuestro pueblo, viviendo
momentos tan especiales, como cuando, junto a la banda de música, cantamos
“Morenita y Pequeñita” en la puerta de nuestra gran amigo, y gran devoto de la Virgen
de la Cabeza, J. C., que unos meses anteriores nos había dejado, para estar seguro a su
lado en el cielo.
Corría el año 2007, cuando coincidí en mi trabajo con una persona, que era
costalero de la Cofradía de los Estudiantes en Jaén, que por cierto, había escuchado que
era una procesión muy bonita, con su salida cantándole la tuna, pero que yo nunca
había visto. Me dio la oportunidad de que si quería, hablaría con los capataces de la
Hermandad, para ir a ensayar y si había hueco entrar en el cuerpo de costaleros. Por
supuesto, esperé con impaciencia la llegada del año siguiente para ponerme en
contacto con él, y poder acercarme a sus ensayos.
Mi primer contacto, fue en un polígono donde más de 120 personas esperaban
para dar comienzo a su ensayo. Hablé con los capataces de ambos pasos, el del Cristo
de las Misericordias y el de la Virgen de las Lágrimas. Ellos decidieron que por mi
estatura, iría mejor en el paso de palio. Esa noche, todo comenzó midiéndonos, como
ellos dicen, la igualá, algo nuevo para mí, de tal forma que el paso fuese lo más
uniforme posible. Cada paso, consta de dos cuadrillas, “la alta y la baja”, y al igual que en
Villargordo se portaba a hombros. Yo, y si no recuerdo mal, siempre he pertenecido a la
baja. Recuerdo la acogida del grupo de capataces, y de algunos de los costaleros, en
especial a uno que me gustaría nombrar, “Ángel el peluquero”, como allí lo conocen,
que desde aquel momento hasta hoy, siempre me recibe con un abrazo, al igual que al
resto de compañeros. Las palabras de los capataces, “silencio, respeto, esto es un trabajo
de grupo, traer la vestimenta adecuada, hacer piña, ayudar al compañero, compromiso,
que devotos hay muchos, pero costaleros pocos, que somos importantes, pero no
imprescindibles”. Es decir, que había que saber dónde se entraba. Ya que cuando te
daban el calendario de ensayos, te dabas cuenta, que conllevaba un compromiso, que
no todo el mundo comprende, incluso las personas que te rodean. Viernes por la noche,
sábados tarde, Domingos por la mañana, siempre en fin de semana, ya que, algo que
me sorprendió, venía gente, que aunque de Jaén, trabajaban y trabajan fuera, Sevilla,
Granada, Madrid. También algo nuevo para mí, los conceptos: “parihuela, chicota,
trabajaderas, patero, costero, fijador, corriente”, palabras que aunque suenan a
sevillano, son importantes para una buena organización. Como he nombrado
anteriormente, “la igualá”, todos los días de ensayo, que aunque algo que molesta a los
capataces, y la bronca nos la llevamos lo que estamos allí, siempre por un motivo u otro
falta alguien, y hay que recolocarse para ir lo mejor posible, que como siempre
remarcan evitar que alguien se haga daño. Y digo esto porque desde el primer día de
4. II convivencia del costalero/a
Página 4 de 6
ensayos, el paso va con el peso que luego lleva en la procesión, al principio sacos llenos
de arena, y actualmente, ya varios años, vigas de hormigón.
Algo muy curioso también, era y es, que en el interior según el costalero lleva un
toco de madera, para que el paso vaya lo más plano posible, y todos los costaleros
carguen el mismo peso. Recuerdo como anécdota, un año un costalero que llevaba casi
más taco que cabeza, de lo pequeño que era, pero claro con este sistema todo el
mundo tiene cabida dentro del paso.
He comentado que cuando yo empecé se portaba a hombros, ya llevamos varios
años que es a “costal”. Modificación que fue posible gracias a una reunión de costaleros,
que tras debatir y ser explicado lo que conllevaría el cambio, se decidió que sí, quiero
decir con esto, que los costaleros somos parte de la Hermandad. Y aquí como tal,
siempre se nos ha considerado hermanos costaleros. Hermanos que desde un principio
pagan su cuota como el resto. La verdad que desde que entré raro es el año que no se
le hacen mejoras al paso, para que cada vez vaya mejor.
Y aunque en esta cofradía se puede decir que el culmen es el Lunes Santo, con su
estación de penitencia, son muchas las actividades en la que los costaleros participamos
o somos invitados a participar durante todo el año, en las que cada uno asiste o
participa en la medida de sus posibilidades, como ejemplo:
- Venta de papeletas, para sacar dinero para la finalización de partes del paso,
como el techo de palio.
- Diferentes campañas solidarias. Proyecto de ayuda en la creación de un centro
educativo en La Paz Bolivia.
- Campañas, tú papeleta de sitio por una bolsa de alimentos.
- Entrega y recogida de juguetes.
- Cruz de Mayo.
- Caseta de Feria.
- Besamanos de la Virgen.
- Limpieza de enseres.
- Presentación del cartel y boletín.
- Pregón del Estudiante.
- Certamen de música a cargo de las bandas de la Hermandad, este año con
estreno de temas compuestos por costaleros.
- Triduos.
- Convivencia de costaleros, junto con la junta de gobierno, coincidiendo con el
último ensayo, en la que se reza una oración llevada a cabo por el párroco de la
parroquia.
- Exorno floral de los pasos.
- Vía crucis, de traslado del Cristo desde el convento de Santa Clara hasta la
Parroquia de la Merced. Y el Martes Santo viceversa.
- Retranqueo del Cristo, se ubica en su paso, y se coloca para la procesión. Es un
acto público.
5. II convivencia del costalero/a
Página 5 de 6
En ambos actos anteriores, somos participes tanto costaleros del Cristo como de la
Virgen.
- Retranqueo de la Virgen, es un acto privado solo para capataces y costaleros,
donde ya todo preparado, se levanta el paso y se hacen varias chicotas, para
comprobar si todo está ajustado y bien colocado. Raro es el año, que no se
rompe algún farol o hay que apretar mejor un varal, etc. Creo que es algo súper
importante para que luego en la procesión no haya sorpresa. Además es la
primera vez, que entras en el paso con la Virgen encima, dándote la oportunidad
de tenerla un rato sobre ti, ya que el día de la procesión nunca se sabe. En caso
de lluvia, no se mueven los pasos de su ubicación en la Iglesia.
Por todo lo comentado anteriormente, el día la estación de penitencia, es un día
especial para el costalero, no sé, si porque supone el principio o final de un camino que
duramente comenzó meses atrás. En mi caso, te levantas el Lunes Santo y lo primero
que haces es mirar al cielo, coger el móvil y ver la previsión del tiempo. Preparó todo lo
necesario para la procesión, “papeleta de sitio (sin la cual no se puede acceder a la
Iglesia, sólo tienen permiso hermanos cofrades con dicha papeleta) sudadera de la
cofradía, camiseta blanca y pantalón negro, zapatillas, y como no faja y costal. Me
arregló algo más formal, y subo a Jaén, para junto con los costaleros que puedan (es día
laborable), se visita a la Hermandad de la Amargura, que posesiona también ese día, y
se le hace una ofrenda floral. Después, cerca del mediodía, solemne Eucaristía
preparatoria de la procesión. Por la tarde, y una hora y media antes de la procesión,
quedada de los costaleros en los salones de la Iglesia, para la última igualá, y estar
preparados para cuando nos den paso al interior del templo. Una vez dentro se espera
en silencio y respeto la decisión de la Junta de Gobierno sobre la salida. Una vez debajo
del paso, y minutos antes de salir al exterior se reza una oración. Y en el momento que
se escucha el llamador se hace el silencio dentro, emoción cuando al acercarse a la
puerta de salida, se escucha los aplausos de la gente, que por fin tras un año, vuelven a
ver a su Virgen en su barrio. Momento indescriptibles, esos 100 metros con la tuna
cantando delante del paso. Una vez terminada la estación de penitencia, y normalizado
todo, es curioso que lo primero que hace el capataz antes de despedirnos, es decirnos,
que el primer ensayo del año siguiente es la “mudá” del paso del templo a las cocheras
en los días siguientes.
Me gustaría terminar mis palabras con una reflexión y un poema.
Como dije anteriormente el costero es importante, pero no imprescindible. Desde las
cofradías y la Iglesia en general se debe de trabajar para que la Fe en nuestro Señor y en
nuestra Madre, la Virgen continúe dentro de nuestros corazones, camino que debe de
construirse desde bien pequeños, ya que nos encontramos actualmente en una
sociedad escasa de valores, en la que ser cristiano, católico, cofrade de una hermandad
o costalero parece algo fuera de lugar.
6. II convivencia del costalero/a
Página 6 de 6
Poema “Costalero de Ella” (M.T.P.)
No llores tú mi niña,
No llores tú mi lucero,
Que esta sedienta alma
Por ti será costalero.
No llores tú mi faro
Que mirando tú cara muero,
No llores tú mi brisa
Que en tu costero me muero.
No llores tú mi reina,
Reina y madre del costalero,
Que tú eres la gracia bendita
Con tus clavitos camino del cielo.
No llores tú mi amada
Faro de amor eterno,
Candor que vas cautivando
Al compás que las lágrimas cayendo.
No llores tú mi niña,
No llores tú mi lucero,
Que esta sedienta alma
Lloró siendo tu costalero.
Gracias.
J. A. M. R.
Sábado, 4 de Marzo de 2017.