Las políticas de ciencia y tecnología del Estado venezolano se han orientado tácticamente a superar el modelo tradicional de producción de conocimiento centrado en las universidades, donde los profesores tienen un papel protagónico. Sin embargo, los efectos no deseados de estas políticas indican que el modelo tradicional se ha fortalecido debido al individualismo, aislamiento, escasa pertinencia e hiperespecialización disciplinaria que impiden nuevas formas de investigación e implicación directa con las empresas.