La revolución industrial facilitó la migración de personas de Europa a otros continentes como América en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Miles de inmigrantes viajaron por barco desde Europa y llegaron a Buenos Aires, Argentina para trabajar en la expansión de su modelo económico, ya que necesitaban más mano de obra de la que podía proveer la población local. El gobierno argentino promovió activamente la inmigración y construyó hoteles e infraestructura para recibir a los recién llegados de diversos orígenes