El autor expresa que si pudiera vivir su vida nuevamente, cometería más errores, sería menos perfecto y se relajaría más. Tomaría menos cosas en serio, correría más riesgos y haría más viajes y experiencias como contemplar atardeceres y nadar en ríos. Comería más helados y menos habas, y tendría más problemas reales que imaginarios. Aconseja a los demás que disfruten el presente y no se pierdan los buenos momentos de la vida.