Si pudiera vivir su vida nuevamente, el autor trataría de cometer más errores en lugar de ser perfecto, relajarse más y no tomarse las cosas tan en serio. Viajaría y exploraría más el mundo, corriendo más riesgos y disfrutando más de los pequeños placeres de la vida como helados y atardeceres en lugar de preocuparse por cosas imaginarias.