La administración científica busca asegurar la máxima prosperidad tanto para el empleador como para los empleados. Para lograr esto, se necesita estudiar científicamente las condiciones de trabajo para distribuir responsabilidades de manera más equitativa entre la dirección y los obreros. También se requiere de una organización científica que coloque a cada persona en el puesto apropiado según sus habilidades, lo que resultará en una organización más productiva con menos fallas.