La administración científica de Frederick Taylor se basa en cuatro principios: 1) estudio científico de cada elemento del trabajo; 2) selección y entrenamiento científico de los trabajadores; 3) cooperación entre la administración y los trabajadores; y 4) distribución equitativa de responsabilidades. Taylor abogó por la observación y medición sistemáticas del trabajo, la especialización de funciones y la gestión por excepciones. Su objetivo era maximizar la prosperidad tanto de los empleadores como de los empleados.