Entre 1929 y 1953, Stalin estableció una dictadura totalitaria en la Unión Soviética basada en el culto a su personalidad, el refuerzo del poder del Partido Comunista y el terror. Stalin consolidó su poder como secretario general del partido después de la muerte de Lenin en 1924. Promovió el "socialismo en un solo país" en lugar de la revolución mundial defendida por Trotsky. Impuso su dictadura a través de la propaganda, el control del partido sobre la política y la represión de la oposición mediante la policía secreta NKVD.