El 18 de julio de 1830 se juró la primera Constitución de Uruguay, que estableció las disposiciones fundamentales para organizar al país como una nación. Artigas ya reconocía la importancia de tener una Constitución propia para limitar la volatilidad de los hombres y afirmar la probidad. Esta primera Constitución se mantuvo vigente por casi noventa años hasta que fue reformada en 1917, y aún conserva algunos de sus principios originales en la actualidad.