1. La educación nazi
“Napola”, una violenta película alemana de Dennis Gansel sobre las escuelas creadas por
el Tercer Reich para educar a sus cuadros desde la juventud con métodos humillantes, se
proyectó en el festival de Karlovy Vary.
El otro filme que se presentó en la sección competitiva oficial fue el islandés “Niceland”,
de Fridrik Thor Fridriksson, una melodramática historia de una pareja de novios
disminuidos psíquicos que luchan por su difícil felicidad en una problemática sociedad de
consumo.
La cinta alemana, que se basa en hechos reales, tiene una estructura más
estadounidense que europea, lo que la hace caer en el tópico en reiteradas ocasiones.
“Napola” son las siglas en alemán de los Institutos Político-Nacionales de Educación
creados por Hitler para sentar las bases de una “nueva raza”.
A través de múltiples pruebas, se elegían a los adolescentes más capaces psíquica y
físicamente para ser educados como la élite que iba a gobernar a la nueva sociedad.
Los métodos que utilizaban los profesores buscaban la degradación total de los alumnos
para que pudieran ser manipulados en todas las circunstancias por sus jefes.
El tema de esta cinta fue tabú durante muchos años, puesto que los graduados en esas
escuelas eran reticentes a hablar sobre sus experiencias juveniles, con frecuencia
humillantes.
Como niños no se habían sometido voluntariamente a las presiones psicológicas, sino
2. que debieron obedecer las órdenes de sus padres o tutores.
Las escuelas se convertían en una especie de familia sustituta a la que se confiaba a los
jóvenes indefensos para su adoctrinamiento. En realidad, fueron engullidos por el Estado
Nacional Socialista, como ninguna otra generación lo fuera antes. El actor Hardy Kruger,
que estudió en uno de esos institutos, habla de “heridas en el alma”. Más de 15,000 niños
y niñas asistieron a alguna de estas escuelas de élite de la Alemania nazi.
En 1945 había cuarenta Napolas y se proyectaba la creación de cien más para el período
posterior a la “victoria final” del Reich.
A los jóvenes estudiantes se les entrenaba también militarmente y debían llevar
uniformes. Como queda dicho, el objetivo principal era la transmisión de la ideología nazi.
Hitler pensaba que la construcción del “hombre nuevo” le iba a llevar dos generaciones;
sin embargo, este método no duró siquiera una: al cabo de doce años, el “Reich
milenario” estaba liquidado.
El director dijo antes de la proyección que la primera noticia que tuvo de estos institutos
fue a través de su abuelo que había sido instructor, en uno de ellos, en 1940 a los 24
años.
El anciano le habló de las duras condiciones del aprendizaje, pero también de la
camaradería, que continuó cultivando con muchos ex cadetes hasta su muerte. Esta es la
tercera cinta de Gansel, que nació en Hannover en 1973.
“Niceland” es otro melodrama que, al igual de “Napola”, abusa del sentimentalismo. En
este caso, además, el director se recrea en los golpes bajos y en la descripción burda de
la psicología de los personajes.
Éste es el octavo filme de Fridriksson, cuya película más conocida es “Born náttúrunnar”,
de 1991, su segunda obra, titulada en inglés “Children of Nature”, que fue candidata al
Oscar.
En general, el cine del realizador islandés pretende mostrar las raíces de la cultura de su
país, pero a veces, como en este caso, lo que presenta se parece sospechosamente a las
costumbres popularizadas por Hollywood.
La educación se utilizó como instrumento de
adoctrinamiento
en los ideales del nazismo. Todos sus niveles se
vieron sometidos a un riguroso control y los
profesionales de la enseñanza fueron depurados y
encuadrados en una estructura de carácter
JJ. Hitlerianas
pseudomilitar. Los programas de estudios se
desarrollaron bajo las premisas de un profundo
racismo.
3. La cultura en general y el arte en
particular, experimentaron una profunda
selección, siendo reprobado y perseguido el
llamado “arte degenerado” ("Entartete Kunst").
Bajo este epígrafe se clasificaron las
tendencias vanguardistas (cubismo, dadaísmo,
fauvismo, impresionismo, etc) y artistas como
Cartel sobre arte degenerado Picasso, Van Gogh, Munch, Kandinsky, Klee,
entre otros.
En 1937 se celebró una exposición en
Munich cuyo objeto era recuperar lo
que Goebbels había calificado como
“esencia del arte alemán”. En ella
predominó el estilo figurativo y
géneros como los bodegones, los
paisajes y la figura humana a través de
Gran exposicióm de Arte Alemán. 1937
la cual se exaltaba el ideal de belleza y
perfección de la raza aria.
En 1933 fue instituida la Cámara de la Cultura del Reich, de la que
pasaron a depender siete organismos: cine, teatro, música, prensa,
radio, literatura y arte, y en la que debían inscribirse de forma
obligatoria los profesionales que desarrollaran alguna de esas
actividades
Fundándose en esta convicción, el Estado racista no particulariza su misión educadora a la mera tarea de
insuflar conocimientos del saber humano, no; su objetivo consiste, en primer término, en formar hombres
físicamente sanos, en segundo plano está el desarrollo de las facultades mentales y aquí, a su vez en lugar
preferente, la educación del carácter y sobre todo el fomento de la fuerza de voluntad y de decisión,
habituando al educando a asumir gustoso la responsabilidad de sus actos, sólo después de todo es lo viene la
instrucción científica (...).
Del mismo modo que el Estado racista tendrá un día que dedicar la máxima atención a la educación de la
voluntad y de la fuerza de resolución, deberá igualmente desde un comienzo imbuir en los corazones de la
juventud la satisfacción de la responsabilidad y la fe en su credo ideológico (...).
Por lo demás, es tarea de un Estado racista velar porque al fin se llegue a escribir una Historia Universal
donde el problema racial ocupe lugar preponderante (…).
También la ciencia tiene que servir al Estado racista como un medio hacia el fomento del orgullo nacional. Se
debe enseñar desde este punto de vista no sólo la Historia Universal, sino toda la historia de la cultura
humana. No bastará que un inventor aparezca grande únicamente como inventor, sino que debe aparecer
todavía más grande como hijo de la nación. La admiración que inspira todo hecho magno debe transformarse
en el orgullo de saber que el promotor del mismo es un compatriota. Del innumerable conjunto de los grandes
hombres que llenan al Historia alemana, se impone seleccionar los más eminentes para inculcarlos en la
mente de la juventud, de tal modo que esos hombres se conviertan en columnas inconmovibles del
sentimiento nacional (...).
4. La culminación de toda labor educacional del Estado racista consistirá en infiltrar instintiva y racionalmente en
los corazones y los cerebros de la juventud que le está confiada, la noción y el sentimiento de raza. Ningún
adolescente, sea varón o mujer, deberá dejar la escuela antes de hallarse plenamente convencido de lo que
significa la puridad de la sangre y su necesidad. Además, esta situación desde el punto de vista racial, tiene
que alcanzar su perfección en el servicio militar, es decir, que el tiempo que dure este servicio hay que
considerarlo como la etapa final del proceso normal de la educación del alemán en general (...).”