1. Sobre las características de la empresa de conquista.
Desde el comienzo, la conquista de América es financiada con inversiones privadas. Los reyes de España
participan en ella autorizando las expediciones dentro del territorio que se les ha concedido, pero en muy pocos casos
arriesga su propio capital. Si la aventura es exitosa, la corona recaudaba todos los beneficios que le corresponden por la
autorización concedida, pero si la expedición fracasa, toda las pérdidas son asumidas por los gestores. En todo caso, la
monarquía siempre se reserva la soberanía de los territorios descubiertos y "el quinto real", es decir, la quinta parte del
oro y otros metales preciosos que se encuentren.
Los permisos concedidos por los monarcas se efectúan basándose en dos tipos de documentos, las capitulaciones y las
instrucciones. Las primeras son un documento público de naturaleza contractual en el que, por una parte, el Estado
autoriza la empresa y estipula su participación de beneficios, y por otra, el empresario que se compromete a realizar a su
costo la empresa de rescate o conquista aceptando la repartición de beneficios establecida por el Estado. Si la empresa
que se autorizaba tiene por objeto la conquista de algún territorio, y por ello se otorgan títulos y salarios, éstos se pagarán
de los derechos que deben percibir los Reyes una vez conquistado el territorio.
Así mismo se permite al capitán de las huestes repartir entre sus soldados el botín encontrado, aunque obviamente la
mayor parte de las riquezas recae en estos caudillos.
Las instrucciones por su parte, detallan las facultades y limitaciones de los jefes expedicionarios, en especial respecto de la
evangelización de los indígenas, a quienes se considera súbditos españoles. Pese a estos compromisos e intenciones, la
empresa de la conquista, tiene como eje, motivaciones económicas que no solo implican el acceso a metales preciosos, sino
también a mercedes de tierra y a grupos de indígenas para trabajarlas, y en algunos casos a títulos nobiliarios.
Los hombres que llegan al nuevo continente, provienen de distintos estratos sociales. Participan desde soldados de alto
rango, aventureros en busca de fortuna y ascenso social, hasta sacerdotes que desean promover la conversión.
Los beneficios de la empresa se reparten en correspondencia con el grado de participación de cada uno según pareció al
Gobernador que cada uno merecía, según la calidad de las personas y los trabajos que habían pasado.
Sobre el jefe de la empresa.
La fama de los territorios auríferos corre por las Indias y pasa España y junto con ella el nombre de su
conquistador; es por esto que el español alejándose del círculo de Las Antillas, perseguirá, incansable, al continente
hasta agotar la tierra bajo sus pies.
2. Toda empresa comienza con la creación de su jefatura; su constitución económica y orgánica es un proceso posterior que
comienza con el pregón de las capitulaciones o provisiones y de su jefatura en calles y plazas de las ciudades españolas o
indianas para reclutar gente (Valdivia hizo leer las suyas en el Cuzco). El pregón de las provisiones tiene por objeto
atraer a los emigrantes recién llegados de la Península y a las masas de soldados flotantes que son los residuos de otras
empresas en las que sólo ganaron experiencia.
Los jefes de empresas conquistadoras se reclutan entre antiguos soldados de empresas anteriores que, una vez ricos
encomenderos, deciden realizar, por sí solos, una nueva empresa con el objeto de adquirir nombradía.
Se emprende una conquista para hacerse un nombre, lograr fama y riqueza a través de ella y obtener un título de
gobernador. Desde este punto se aprecia la riqueza de la tierra, pues los soldados de la Conquista se desplazan hacia las
tierras ricas.
El financiamiento de la empresa de conquista está entregado exclusivamente al jefe de ella; así, Pedro de Valdivia
dice que “para hacer esta jornada, el Marqués Pizarro no me favoreció ni con un tan solo peso de la caja de Su
Majestad siendo de mi responsabilidad costear los gastos y reclutar la gente que participaría, e incluso me adeudé, más
de lo cual presente yo tenía”...
Esto no significa que el jefe de empresa la financie completamente; considerado como sujeto económico, es sólo un
participante y aglutinador de elementos cualitativamente capaces que, debido a la naturaleza política de la jefatura, se
disponen a su alrededor. Su grado de participación está sujeto a una gran variedad, pero en general, recaen sobre él los
aportes relativos a los elementos vitales de la empresa: víveres, artillería, municiones, etc.
Sobre el financiamiento de la empresa de conquista.
El financiamiento de esta parte fundamental se hace mediante dos procedimientos: por el régimen de participación
personal directa, o por el régimen de participación personal indirecta.
3. La participación personal indirecta en las empresas se hace por la compañía. Este procedimiento permite ampliar la
base de financiamiento de las empresas con la participación de Gobernadores, Oficiales Reales y comerciantes. Los
miembros de la compañía que participan indirectamente en la empresa aportan su dinero a la pérdida o a la ganancia,
con el objeto de participar en el producto económico de ella y el empresario la autorización, su persona, el riesgo, tiempo y
trabajo que demande la realización de su objetivo. En la compañía, los aportes del empresario y del socio, se avalúan
igualmente y perciben beneficios equivalentes. Como las empresas de conquistas tienen una formación colectiva, los
beneficios que se estipulan en la compañía hecha entre el jefe de empresa y cualquier otro individuo sólo se refieren a los
beneficios que pertenezcan al jefe una vez hecha la repartición. La compañía no produce alteraciones en la jefatura de la
empresa, ni los socios participan de los riesgos y trabajos de ella, sin embargo, los vincula a su riesgo.
Los Gobernadores y Oficiales Reales que participan en las empresas mediante la compañía, lo hacen en calidad de
negocio privado, destinado a acrecentar su riqueza.
Además de los funcionarios reales, los comerciantes son también personas importantes en el financiamiento de las
empresas. Los primeros porque reciben su renta en oro, y los segundos por la naturaleza mercantil de sus negocios y por
su disciplina económica, poseen riqueza en metales preciosos.
La forma en que contribuyen los comerciantes a la organización de las empresas de conquista es, generalmente, el
préstamo. Este consiste en la cesión de dinero o mercaderías sin interés, a cierto plazo, al cabo del cual éste debe ser
restituido a su dueño; si esto no se cumple, recae sobre la deuda un castigo que consiste en elevar la suma prestada en
cierta proporción.
No debemos olvidar la participación de las Huestes en toda empresa de conquista. Si bien ellos no aportan
económicamente en la empresa sí lo hacen a través de los servicios otorgados. Para quienes participan de ésta existía un
sistema de Premios, estos consistían en Solares (propiedad urbana, equivalente a un cuarto de manzana),
Mercedes de Tierra (extensos terrenos ubicados en áreas rurales) y el premio más apetecido de todos: Encomiendas,
que significaba disponer de indios para llevar a cabo trabajos de carácter agrícola, doméstico, pero sobre todo minero
(lavaderos de oro).
La empresa de Pedro de Valdivia a Chile.
Pedro de Valdivia fue un hijodalgo nacido el año 1502 en la Villa de Castuela, región de la Serena
en Extremadura. Siendo muy joven se enroló en los ejércitos imperiales, participando en las campañas militares que
España sostuvo en contra del rey de Francia Francisco I, en Flandes y en Italia. Fue en esta península donde
tuvo la oportunidad de participar en la batalla de Pavia (1525) y ser testigo de la rendición del rey francés Carlos
V. Su carrera militar continuaría con el sitio de Nápoles y el saqueo de Roma. Sin embargo, su espíritu inquieto,
lo llevaría nuevamente a abandonar su tierra natal, esta vez rumbo a América.
El año 1535 se encuentra en Venezuela y de allí se dirige al Perú, donde se pone bajo las órdenes de los
hermanos Pizarro. Los importantes servicios prestados en la tierra de los incas, serán bien retribuidos con una
4. encomienda de indios, tierras en el Valle de la Canela y una mina de plata en el Cerro Porco. Con todas estas
granjerías podría haber llevado una existencia sin sobresaltos el resto de sus días en el Perú.
No obstante, su carácter se negaba a aceptar una existencia tranquila y oscura, como muchos otros capitanes
de las Indias. Su deseo íntimo era ligar su nombre a una empresa importante, que en definitiva lo hiciera famoso.
Serán aquellas ambiciones personales las que lo motivarán a solicitar autorización a Francisco Pizarro
para venir a Chile, a pesar de la mala fama que había dejado la fracasada expedición del adelantado Diego de
Almagro y cuyos integrantes se les llamaba en Perú, despectivamente, “los de Chile”.
Valdivia organiza su expedición: Su preparación, tuvo un sin número de dificultades.
Económicamente no era capaz en lo personal de correr con todos los gastos de la expedición, por lo que hubo de firmar
un contrato de Compañía, con el particular Francisco Martínez, con quien compartió en partes iguales las
demandas de la empresa.
Por otro lado, el desprestigio del territorio y el fracaso de Almagro, influyeron penosamente en el proceso
de reclutamiento, sólo una decena de hombres, más su compañera Inés de Suárez, le acompañaron. Para la carga
de víveres y armas, contó con un millón de indios yanaconas.
Estando ya listos para iniciar el viaje, aparece otro aventurero, recién llegado de España. Éste contaba
con un documento Real (Capitulación) por parte de Carlos V, que lo autorizaba a tomar posesión de las tierras
situadas al sur del Estrecho de Magallanes. Ante el valor de dicho documento, Pedro Sancho de la Hoz,
reclamaba para sí la jefatura de la expedición. Después de duras gestiones, Pizarro logró poner de acuerdo a ambos
conquistadores...Valdivia llevaría la jefatura y Pedro Sancho, se incorporaría más tarde a la hueste, con el objetivo
de reaprovisionarla (28 de diciembre 1539).
A comienzos de 1540, Valdivia salía del Cuzco con destino a Chile, con la esperanza de sumar en el
camino restos de otras expediciones ya fracasadas, como efectivamente sucedió. Al descender hacia los desiertos de
Chile, llegando a la provincia de Tarapacá, se le unen Francisco de Aguirre, Francisco de Villagra, Rodrigo
de Quiroga, Jerónimo de Alderete, Juan Bohón y quien sería el futuro cronista de la expedición... Rodrigo
González de Marmolejo (Bachiller y primer Arzobispo de Santiago), entre otros. Su particular incorporación
a la Hueste le dio a esta expedición el título de “Empresa de Fracasados”.