La gente se ha vuelto más realista y está reexaminando sus prioridades. Se enfocan en re-enfocarse, re-inventarse y re-estructurarse. Valoran más la formación para enfrentar el futuro con incertidumbre. En el consumo, dividen y restan gastos pero siguen disfrutando, bajan el listón de lujos y controlan mejor el gasto.