La Gran Depresión comenzó en 1929 luego de que la especulación y sobreproducción causaran el colapso de la Bolsa de Valores de Nueva York. Esto llevó a quiebras bancarias masivas y una abrupta caída de la demanda que derivó en un desempleo sin precedentes en todo el mundo. En respuesta, los gobiernos implementaron políticas keynesianas como obras públicas y proteccionismo para estimular la economía, mientras que ideologías como el fascismo y el comunismo ganaron terreno político.