Este documento discute el concepto de objeto en la disciplina histórica. Sostiene que la determinación precisa del objeto histórico ha ido desapareciendo, lo que genera fastidio y silencio entre los historiadores. No obstante, argumenta que es posible una disciplina histórica sin un objeto definido, centrada más bien en las prácticas de los historiadores. Finalmente, explica por qué es imposible una teoría unificada de la historia dado que no existe una lógica única del pasado ni una evidencia compartida de