La literatura infantil contribuye significativamente al desarrollo integral de los niños en áreas como el desarrollo físico, cognitivo, emocional, social y lingüístico. Estimula el aprendizaje de la lectura y la escritura, fomenta las habilidades del lenguaje, y ofrece modelos de conducta que pueden influir en el desarrollo ético. Además, la literatura infantil puede ayudar a los niños a superar miedos y tensiones.
1. La importancia de la literatura infantil en el desarrollo1
La literatura artística en la primera infancia contribuye al desarrollo integral de los niños. Muchos
autores argumentan el porqué de su importancia, por su influencia en:
• El desarrollo físico-motos y psicomotor.
• El desarrollo cognitivo (atención, percepción, memoria y resolución de problemas).
• El desarrollo emotivo – afectivo.
• El desarrollo de la autoestima.
• El desarrollo social.
• El desarrollo linguistico, estético y literario.
• El desarrollo moral.
• El desarrollo creativo.
Es decir, la literatura infantil contribuye al desarrollo cognitivo, tanto en su aspecto perceptivo como
memorístico; es un medio extraordinario para fomentar vínculos afectivos; ofrece modelos de
conducta positivos y negativos; puede favorecer el desarrollo ético a través de la identificación con
determinados personajes de los cuentos, y sirve para eliminar tensiones y superar miedos y
problemas emocionales.
La vida es la fuente de la literatura infantil, de ahí que las historias de ciertos cuentos o chascarrillos
acercan a los infantes al mundo de los adultos. En este sentido, los niños aficionados a la literatura
infantil desde edades tempranas suelen ser buenos lectores durante toda su vida.
Las ilustraciones en los libros de literatura infantil motivan el aprendizaje de la lectoescritura, y es,
además, un componente fundamental para el desarrollo de las habilidades lingüísticas infantiles.
El cuento, como obra literaria, se considera como una acción didáctica llena de sentido, y nunca debe
ser considerado como una actividad adicional o de un parche. Los cuentos, convenientemente
presentados, motivan e incitan a los niños a introducirse, a través del lenguaje, en un mundo distinto
al suyo, lo que revierte en una utilización más rica y ajustada de ese instrumento. Si además la
narración se hace de manera que en su curso invite a los pequeños a predecir lo que puede ocurrir, a
partir de lo ya relatado, o si se les reta a aventurar hipótesis sobre los personajes, el desenlace o
cualquier otro aspecto, se está fomentando en ellos una serie de estrategias cognitivas de máximo
interés y utilidad para la buena realización de posteriores aprendizajes.
Asimismo, si la narración se extiende mediante una representación relacionada con su contenido, la
reconstrucción de lo relatado, su reinvención con modificaciones, etc., se está dando paso a
actividades estrechamente relacionadas con la capacidad de comprender, sintetizar y crear.
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Tomado de www.waece.org