La adoración, es más que una reunión casual y de temporada en los recintos religiosos de conveniencia. La adoración incluye el todo de lo que somos y hacemos en lo diario de nuestra existencia humana.
Romanos 5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
No sigas permitiendo que el pecado reine sobre tu vida porque su reino es de muerte.
Cree en Jesucristo y entrarás al reino de la gracia para vida eterna.
El mensajero de Jehová preparará el camino para la Segunda Venida — Jehová se sentará para juzgar — Se manda a Israel pagar diezmos y ofrendas — Se lleva un libro de memorias.
Ver 6-12 El pago de los diezmos.
Ver 13-18 Diferencia entre el justo y el malo
La adoración, es más que una reunión casual y de temporada en los recintos religiosos de conveniencia. La adoración incluye el todo de lo que somos y hacemos en lo diario de nuestra existencia humana.
Romanos 5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
No sigas permitiendo que el pecado reine sobre tu vida porque su reino es de muerte.
Cree en Jesucristo y entrarás al reino de la gracia para vida eterna.
El mensajero de Jehová preparará el camino para la Segunda Venida — Jehová se sentará para juzgar — Se manda a Israel pagar diezmos y ofrendas — Se lleva un libro de memorias.
Ver 6-12 El pago de los diezmos.
Ver 13-18 Diferencia entre el justo y el malo
La palabra de Dios, dice que sí.
SALVO SIEMPRE SALVO, es el lema de la secta creciendo en gracia, (Que más bien debería ser llamada creciendo en desgracia) pero esto no es exclusivo de ellos, una gran cantidad de grupos evangélicos enseñan lo mismo a sus feligreses. Veamos algunos de los muchos textos en los cuales se confirma esta verdad, por favor analice este estudio con mucho cuidado porque está en juego SU SALVACIÓN.
3. Jesús y la ley
“No penséis que he venido para abrogar la ley
o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir. Porque de cierto os digo que
hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota
ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se
haya cumplido. De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy
pequeños, y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos;
mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste
será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos.”
Mateo 5.17-20
El Señor Jesucristo dijo que no vino a deshacer
o destruir la ley, sino a cumplirla (v. 17). Jesús
cumplió toda la ley cuando estuvo aquí en la
tierra. El nunca pecó. “…Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis
sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló
engaño en su boca; quien cuando le maldecían,
no respondía con maldición; cuando padecía,
4. no amenazaba, sino encomendaba la causa al
que juzga justamente” (1Pedro 2.21-23)
El versículo 18 dice: “Porque de cierto os digo
que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que
todo se haya cumplido.” La ley de Dios está
escrita en nuestros corazones (Romanos 2.14-
16) y por eso la ley no pasará. Esta ley nos
enseña cuando pecamos y es imposible que un
hombre pueda cumplirla por completo. Alguna
vez fallamos y esa única vez nos condena al
infierno. Por eso es que el Señor Jesucristo vino
a ocupar nuestro lugar. Como para nosotros era
imposible cumplir la ley al pie de la letra, El lo
hizo posible. Fue un sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios. Cuando somos salvos por la
fe en Jesucristo, el Espíritu de Cristo viene a
vivir en nosotros y Dios ve a Su Hijo en
nosotros. Somos perfectos, porque El es
perfecto.
“De manera que cualquiera que quebrante uno
de estos mandamientos muy pequeños, y así
enseñe a los hombres, muy pequeño será
llamado en el reino de los cielos; mas
cualquiera que los haga y los enseñe, éste será
llamado grande en el reino de los
5. cielos.”(v.19). El Señor quiere que vivamos
guardando sus mandamientos y enseñándolos a
otros. Es cierto que aún somos polvo, y eso el
Señor no lo olvida, pero con la ayuda de Dios
podemos madurar y perfeccionarnos en Su
Amor.
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos.”(v. 20)
La única manera de entrar al reino de los cielos
es a través de la salvación que es en Cristo
Jesús. Los fariseos no creyeron a Jesús que éste
era el Hijo de Dios, lo odiaron y lo mataron.
Ellos se creían justos pero sus ojos estaban
velados a la verdad. No reconocieron a Dios
hecho carne. Por eso es que ellos no eran justos.
Nuestra justicia tiene que ser mayor que la de
los escribas y fariseos en el sentido de que
tenemos que tener a nuestro Salvador en
nuestras vidas para tener justicia en nosotros.
6. Jesús y la ira
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que
cualquiera que se enoje contra su hermano,
será culpable de juicio; y cualquiera que diga:
Necio, a su hermano, será culpable ante el
concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo,
quedará expuesto al infierno de fuego. Por
tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra
ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de
acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto
que estás con él en el camino, no sea que el
adversario te entregue al juez, y el juez al
alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto
te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues
el último cuadrante.” Mateo 5.21-26
Dios nos manda a no matar para no ser
culpables de juicio pero Jesús dice que quien se
enoje con su hermano será igualmente culpable
de juicio y si lo insultamos seremos culpables
ante el consejo, y si lo maldecimos quedaremos
7. expuestos al infierno de fuego. Jesús nos dice
que antes de entregar ofrenda a Dios o servicio
debemos perdonar a nuestro hermano. Debemos
ponernos de acuerdo con él para que nuestro
caminar con Dios no se estropee porque nuestro
hermano puede acusarnos ante Dios y
deberemos pagar el agravio.
Hermanos, amémonos unos a otros porque el
amor es de Dios.
8. Si te gustó este folleto evangélico te invito a que
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