Este pasaje bíblico describe cómo Jesús enseñó que el adulterio va más allá del acto físico y también incluye los deseos del corazón. Jesús perdonó a una mujer acusada de adulterio y le dijo que no la condenaba. Aunque el adulterio trae vergüenza, Dios perdona a los arrepentidos. Jesús también enseñó sobre el divorcio, diciendo que quienes se divorcian y vuelven a casarse cometen adulterio, a excepción de cuando existe infidelidad en el matrimonio