Este documento discute el nuevo pacto profetizado por Jeremías entre Dios y su pueblo, en el cual Dios escribiría su ley en sus corazones. También habla sobre cómo la justificación siempre ha sido por fe en Dios y no por obras de la ley, aunque la ley debe ser interpretada correctamente según las enseñanzas de Jesús.

1. El Nuevo Pacto y las Obras de la Ley
El profeta Jeremías profetizó sobre el nuevo pacto que habría de hacer YHWH con
su pueblo Israel ya que el pacto que hizo con su pueblo en el monte Sinaí fue
invalidado por ellos mismos.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel
y con la casa de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la
tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos,
dice Jehová.
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová:
Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a
Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
(Jeremías 31:31-34 RV1960)
Este nuevo pacto establecía que YHWH quitaría el corazón de piedra, simbolizado
por las dos tablas de la ley, de su pueblo y les daría un nuevo corazón de carne en
donde escribiría su Ley para que fuera comprendida correctamente y obedecida. De
esto profetizó el profeta Ezequiel.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra.
(Ezequiel 36:26-27 RV1960)
Este nuevo corazón sería circuncidado por el Espíritu de YHWH como pacto entre
YHWH y su pueblo, pues la circuncisión siempre fue señal del pacto eterno entre
YHWH y Abraham y su descendencia. Siendo la circuncisión sombra de lo que
había de hacer YHWH en el nuevo pacto con su pueblo.
Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia
después de ti por sus generaciones.
Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti:
Será circuncidado todo varón de entre vosotros.
Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y
vosotros.
(Génesis 17:9-11 RV1960)
Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que
ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
(Deuteronomio 30:6 RV1960)
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2. Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que
yo te ordeno hoy.
(Deuteronomio 30:8 RV1960)
Por tanto, vemos que su Ley (Torá) ha sido escrita en los corazones de los que han
venido a la fe en Yahshua el Mesías y la señal del pacto es la circuncisión del
corazón efectuada por el Espíritu de YHWH quien nos enseña a interpretar
correctamente y obedecer los mandamientos de YHWH.
La justificación, declaración de inocencia delante de YHWH, y por ende la salvación
de la muerte eterna o segunda muerte ha sido siempre por fe (confianza y
perseverancia) en YHWH y Yahshua el Mesías y nunca por las obras de la Ley.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe.
(Efesios 2:8-9 RV1960)
En el capítulo 15 del libro de los Hechos de los Emisarios (Apóstoles) y en la
carta de Shaul (Pablo) a los gálatas tratan el mismo tema: la justificación.
Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis
conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.
(Hechos 15:1 RV1960)
Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente
evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
(Gálatas 1:9 RV1960)
El evangelio es la justificación por la fe y no por las obras de la Ley. En este
caso la obra de la Ley en discusión es la circuncisión, la cual alegaban que
era necesaria para salvación.
De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
(Gálatas 5:4 RV1960)
El tener la ley escrita en nuestros corazones hace que andemos en el espíritu
y no en los deseos de la carne, el pecado que mora en nosotros quien es
nuestro adversario.
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y
éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
(Gálatas 5:16-17 RV1960)
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3. Y si somos guiados por el Espíritu obedecemos la Ley y si obedecemos nos
bendice tal como dice la Ley: la obediencia trae bendiciones, la
desobediencia trae condenaciones. Por lo tanto ya no estamos bajo la
condenación de la Ley.
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
(Gálatas 5:18 RV1960)
A los gentiles que regresan, las ovejas perdidas de la casa de Israel, se les
dice que no se les inquieten con los detalles de la Ley sino que inicialmente
obedezcan 4 puntos de ella y el resto la aprendan en las sinagogas en el dia
de reposo (séptimo día).
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre.
Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las
sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
(Hechos 15:19-21 RV1960)
Recordemos siempre que la Ley debe ser interpretada correctamente de
acuerdo a lo que nos enseñó nuestro maestro Yahshua de Nazaret, el
Mesías, Rey de Israel.
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar,
sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y
así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas
cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos.
(Mateo 5:17-20 RV1960)
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