El murciélago solía ser el ave más hermosa, cubierto de plumas coloridas de otras aves. Sin embargo, se enorgulleció tanto de su belleza que comenzó a humillar a las demás aves. El Creador, al ver su soberbia, hizo que perdiera todas sus plumas mientras volaba en el cielo. Desde entonces, el murciélago ha permanecido desnudo y vive en cuevas para no recordar los colores que una vez tuvo.